jueves, 28 de octubre de 2010

UNA ESPERANZA: REGIÓN DE CHILE ( 7 )

(1981- 1989). En la década de los 80 en América Latina se va ahondando la brecha entre ricos y pobres. Las grandes deudas contraídas en los años 70, se convierten en cargas insoportables. La planificada alza de intereses ha significado una sangría interminable, que se traduce en menos pan, más enfermedad y muerte para las mayorías empobrecidas. A esto se añade la baja en los precios de materias primas de los productos latinoamericanos.

Los obispos chilenos hacen un llamado a toda la Iglesia a concentrar sus esfuerzos en torno a los jóvenes, la familia, las comunidades eclesiales de Base, la educación, la pastoral de multitudes y los sectores populares y marginales.

En Chile el desempleo es un fenómeno masivo: se aproxima a una cuarta parte de la población activa. Desde los comienzos de los 80 hay una pérdida del sustento del régimen y un fuerte movimiento social proretorno de la democracia. En 1988 el general Pinochet pierde el referéndum y en diciembre de 1989, tras dieciséis años de gobierno militar, se realizan las primeras elecciones democráticas. Patricio Aylwin es elegido Presidente.

La Iglesia se constituye en el referente de mayor prestigio entre las organizaciones sociales del país. El rol jugado por ella en la defensa de los derechos humanos y en favorecer la democracia le hacen gozar de un merecido prestigio.

Al interior de la Iglesia, en el inicio del proceso nacional de transición a la democracia, existe la necesidad de implementar un período en que la Jerarquía presiona para que sacerdotes y religiosos se retiren de su rol protagónico y dejen paso a la responsabilidad de los laicos, especialmente en la política partidista

A partir de 1980, ocurren una serie de acontecimientos que son expresión del proceso de consolidación de la Congregación tanto en el mundo como en nuestro país. No sólo en Chile se enraizaba la Comunidad Viatoriana, sino también en otras fundaciones tanto en América Latina, Asia y África.

En 1980 se celebran los 25 años en Costa de Marfil (África), desde la llegada del Hermano Roger Viargues a Bouaké. En 1981 se conmemoran las bodas de oro de la llegada de los viatores al Extremo Oriente. La presencia viatoriana en China había durado 22 años, hasta el 29 de septiembre de 1953. Esta misión había llegado a contar con 20 religiosos. Algunos de ellos trabajan ahora en Taiwán o en Japón. En 1982 celebran los 30 años del colegio de Rakusei (Kyoto).

También la Provincia de Chicago celebraba en 1982 su Centenario como Provincia. Los Clérigos de San Viator habían llegado a Estados Unidos el 31 de enero de 1842, enviados por el P. Luis Querbes, pero ese primer intento sólo duró cinco años. En 1865 se hace otro intento, esta vez desde Canadá, a petición del párroco de Bourbonnais (Chicago), que había ido personalmente a Joliette a pedir al P. Champagneur un sacerdote y dos hermanos para su iglesia y su escuela. El 6 de noviembre de 1882 ya eran Provincia independiente, aunque sólo contaban con 12 religiosos. Hasta 1930 no habían pasado de 70 religiosos pero entre 1930 y 1965 aumentaron rápidamente, hasta su cima numérica más alta, de 240.

En 1982 se conmemora el 25 aniversario de la presencia de los viatores en Chile, que cuenta en ese momento con 22 religiosos. En 1985 sería el turno de las bodas de plata del Perú, que dio ocasión para una semana de encuentro entre las Fundaciones viatorianas del continente, presidida por el Superior general, P. Jacques Berthelet.

También, para nuestra historia, cabe recordar que en 1985 falleció en Treize-Pierres (Francia), el P. Michel Sudres a los 88 años de edad. Su larga historia, desde su ingreso en el Juniorado de Zarauz (España) en 1909 y luego como Superior provincial de Rodez y Vourles, o sus 19 años en la Dirección general, diez de ellos como Superior general, estuvo muy vinculado a la provincia de España y a la Fundación de Chile. Había participado como padre conciliar en el Concilio Vaticano II.

Por otra parte, el P. Thomas Langenfeld, Superior general, el 21 de octubre de 1980, con motivo de la fiesta de San Viator y la proximidad del 150 aniversario de la fundación de la Congregación invitaba a todos los religiosos a reflexionar sobre nuestra misión:

“Al acercarnos al 150 aniversario de la fundación de los Clérigos de San Viator, podemos de nuevo reflexionar sobre el proyecto que debió imaginar el Padre Querbes: un grupo de hombres comprometidos con el Evangelio de Cristo y portadores de la Buena Nueva a los demás, sacerdotes y hermanos colaborando en distintos apostolados y respondiendo a las necesidades de los hombres y mujeres de su alrededor. El proyecto de un grupo de hermanos y sacerdotes estrechamente vinculados en unidad y amor cristiano, en mutua confianza y respeto, completamente decididos a “anunciar a Jesucristo y su Evangelio, suscitar comunidades en las que se viva, se profundice y se celebre la fe…”.

Por este motivo, se pidió a la comunidad del Seminario de Puente Alto que se constituyera en Comisión para la organización de actividades en la Delegación.

La Comisión encargada trabajó arduamente, sobre todo, elaborando material tanto de animación litúrgica como de material propagandístico. Se publicó un boletín de informaciones de la Congregación y en particular de las actividades en Chile. Se publicaron las vidas del P. Luis Querbes y San Viator dirigida a los niños y a través de una estampa de San Viator se propagó una oración para orar por el aumento de las vocaciones viatorianas. Además se divulgó un tríptico, con las imágenes de la Virgen y San Viator acompañados por los ángeles, a modo de altar familiar, que se entregó preferentemente a los alumnos de los colegios para incentivar el amor a la Congregación y de manera especial a nuestro fundador y San Viator. Así queda expresado en el informe de la Delegación de 1981:

“Es de destacar el esfuerzo que se ha hecho, a todos los niveles, por tomar mayor conciencia de la misión de los Clérigos de San Viator y por darla a conocer a través de diversas publicaciones: hoja informativa mensual, pequeña vida de San Viator, pegatinas, insignias, estampas… También se hicieron siete estatuas que bendijo el P. Superior general y que se repartieron por las diversas obras.”

“Entre los animadores de todo este movimiento cabe destacar la comisión designada en el Capítulo regional de Punta de Tralca que en forma incansable llevó adelante una campaña sostenida”.

En el marco de esta celebración a nivel de la Delegación se organizó la primera Viatoriada que reunió a representantes de toda la comunidad escolar compuesta por los diversos centros que dirige la Congregación. Se efectuó en Viña del Mar. Durante tres días se desarrollaron actividades deportivas, religiosas y culturales.

El balance fue muy positivo y el trabajo mancomunado de todos los Hermanos fue notable. El impacto causado lo expresaba el periódico El Mercurio de Valparaíso:

“Con un concurso sobre la vida y obra del fundador de la Congregación de los Clérigos de San Viator, R.P. Luis Querbes y una ceremonia que se cumplirá a las 11 horas, culminarán hoy las actividades de la “Viatoriada 1981”, organizada con motivo de los 150 años de esta Congregación y que se desarrolló desde el sábado pasado en Viña del Mar.”

“Centro principal de las actividades consultadas en un extenso programa, ha sido el Liceo Parroquial San Antonio, donde se han concentrado además representaciones de los otros dos establecimientos de educación que dicha Congregación mantiene en Chile y que se encuentran en Ovalle y Puente Alto.”

“Durante el día de ayer hubo finales en los campeonatos de cross-country, fútbol, básquetbol, ajedrez, tenis de mesa, baby fútbol y juegos de salón para efectuarse durante la tarde un recorrido por la bahía de Valparaíso.”

“A las 19 horas fue oficiada una misa en la Iglesia de San Antonio y en la noche, una fiesta de convivencia entre los participantes, alumnos, profesores, apoderados y amigos de los colegios y la Congregación de los Viatores.”

El centro espiritual del año Centenario de la Congregación había sido Cap- Rouge, en Canadá. Durante el mes de julio de 1981 fueron concentrados en un Congreso los delegados viatorianos de todas las provincias y misiones. La Comunidad chilena envió al P. Amador Angulo como su representante. Se trataba de mirar y reflexionar sobre lo que los recientes estudios sobre Misión decían a la Congregación, especialmente en la perspectiva de la opción por los pobres y marginados.

Sin embargo, las conclusiones de este congreso publicados por el Consejo General extraordinario en el documento “Declaración de Cap-Rouge” no tuvieron el impacto esperado:

“De igual manera podemos hablar de Cap-Rouge. En Chile una vigencia y trascendencia relativa. Digo relativa no sé si es consecuencia de los tiempos. Muchas veces estamos llenos de documentos que necesitan un tiempo para asimilarlos, desmenuzarlos, para asumirlos… Por otra parte el documento y la Declaración del Consejo General Extraordinario, por diversas circunstancias, nos parecieron gestaciones de laboratorio. Su contenido pudo ser novedoso, llamativo,… pero a los que estábamos viviendo, de alguna forma, esa opción por los pobres nos sonó a bomba de humo. El Evangelio y el servicio a los pobres es el sentido de nuestra estancia en América Latina. El programa de acción nos pareció destinado a otros países donde, tal vez, sea necesario informarse, sensibilizarse, ver…a los pobres. Parece un programa para el Cuarto Mundo.”

“Sin embargo, Cap-Rouge, es para nosotros una afirmación. Es un amanecer nuevo en la Congregación que nos anima a continuar en la línea trazada. Tiene valor intrínseco que hay que redescubrir y estudiar. Su eco no ha sido suficiente, al menos, para revisar nuestras inserciones y forma de vivir, hoy, en América Latina.”

Quizá lo más relevante para la Misión en el trienio 1981-1983 fue el gran despertar por el compromiso hacia la pastoral vocacional y la formación inicial que continuó siendo un centro de atención prioritaria por parte de todos los religiosos.

El P. Amador Angulo, Superior delegado, con su Consejo, había puesto como prioritario la pastoral vocacional. Así escribía:

“Las vocaciones jóvenes y futuras cuestionan a las comunidades cerradas sobre sí mismas, que no tienen otro contacto con el medio profesional.”

“La tendencia, hoy, se encamina a que toda la comunidad suscite y acompañe las vocaciones a partir de la vocación bautismal. También es claro que aquella comunidad que no tiene capacidad de acogida y de recepción, que no reciba vocaciones.”

“Una comunidad que responda a la dinámica señalada, además de ser signo, testimonio, expresión de vida y experiencia de Dios, se convierte en lugar extenso y poder portentoso de convocatoria. Hay que destacar la urgencia del testimonio, como lo más necesario y eficaz. Un testimonio que ha de distinguirse por sus dos aspectos esenciales: debe ser comunitario y misionero. Sin ellos, ni se entendería ni sería tal testimonio. Aspectos que fácilmente son captados por los jóvenes, cuando se dan entre nosotros, porque son el signo “eclesial” definitivo y primero.”

“Inútil añadir más subrayados… En todo caso, una nota final de estilo: que sea un testimonio alegre… Hemos ahuyentado a muchos jóvenes con nuestras caras largas aún siendo religiosos sinceros y cumplidores. Pero todo eso no cuadraba con la eterna novedad y juventud del Resucitado, del que somos testigos, signos y mensajeros con el gozo de la Pascua, del “Paso”, fuente de vida y juventud perenne, con el mensaje de las Bienaventuranzas, rubricado con nuestra entrega y nuestras vidas. ¡Vale la pena transparentarlos y comunicarlos!”

“Una vida comunitaria, en la línea descrita siempre es atrayente y encuentra seguidores.”

Impulsada por estas recomendaciones, la Comisión de vocaciones y formación se reunió en las vacaciones de invierno de 1979 y determinó para el segundo semestre del mismo año, elaborar un calendario de actividades apostólicas, formar grupos de acompañamiento con alumnos a partir de jornadas espirituales, realizar jornadas vocacionales con alumnos y apoderados, continuar la línea sacramental en el ámbito colegial y parroquial, y continuar el apoyo y animación en los círculos juveniles.

En las comisiones de Pastoral y Formación tuvo muy buena acogida la idea de dar forma a un movimiento juvenil viatoriano con identidad propia, orientado en una línea vocacional cristiana bautismal otorgándole un matiz que aún exteriormente se identificara perfectamente con un sello propio. Se pensaba en un nombre. Se hablaba de JUVI (Juventud viatoriana), consignas…toda la comunidad quedó invitada a reflexionar sobre esta iniciativa y ver cómo se podrían concretar sus objetivos, sus requisitos para pertenecer al movimiento…etc. De estos grupos surgirían alumnos más comprometidos con la Congregación, serían los vocacionables.

Ese mismo año, el Superior delegado y su Consejo, invitaron a los religiosos que lo desearan a un cursillo que impartían especialistas y sicólogos de Conferre (Conferencia de religiosos) sobre la pastoral vocacional. Se efectuó en Santiago y trató sobre los requisitos de los jóvenes que aspiran a la vida religiosa. Asistieron la mayoría de los religiosos que estaban trabajando de manera especial más cercanos a los jóvenes.

La voz de los pastores de América Latina y Caribe reunidos recientemente en Puebla, animaban en el mismo sentido:

“El período juvenil es período privilegiado, aunque no único, para la opción vocacional. Por ello, toda pastoral juvenil debe ser al mismo tiempo pastoral vocacional. Hay que reactivar una intensa acción pastoral que partiendo de la vocación cristiana en general, de una pastoral juvenil entusiasta, dé a la Iglesia los servidores que necesita.”

Cabe señalar que a finales de 1980 concluían última etapa de Postulantado, en Puente Alto, para iniciarse como novicios, los jóvenes Claudio Ríos Saavedra y Patricio Bravo Angellotti, ambos de Viña del Mar y ex – alumnos del Liceo Parroquial San Antonio. Habían tenido un acompañamiento personalizado en su discernimiento vocacional con el P. Valentín Izar de la Fuente, uno de los más fervientes apóstoles de esta pastoral juvenil.

Durante su Postulantado tuvieron como formador al P. Amador Angulo y en su proceso formativo recibieron cursos de Pedagogía en Religión en la Universidad Católica de Chile. Concluyeron, por otra parte, un curso de dos años que les capacitó como catequistas. Comunitariamente se insertaron en el ritmo normal de la comunidad religiosa. Desde el punto de vista apostólico y experiencial daban algunas horas de clases de Religión en la escuela Industrial “Las Nieves”, animaban las liturgias y formaron un coro de niños. Tuvieron una participación muy apreciada por los vecinos del barrio donde estaba inserto el seminario, animando a niños y adultos a celebrar con estilo misionero el Mes de María. Además, todo el mes de enero, junto a estudiantes de la Universidad Católica de Chile participaron activamente en la misión popular organizada por la Vicaría de Pastoral Universitaria. Se intentaba así dar una formación seria y adecuada a las circunstancias, pues todo era nuevo y no se contaba con la experiencia formativa.

El inicio del noviciado de estos jóvenes fue muy sencillo y emotivo. Todos los religiosos de Puente Alto se congregaron para celebrar con mucha alegría el inicio de la siguiente etapa formativa. Serán los primeros novicios que culminarían su formación en Chile emitiendo más tarde sus votos en medio de la comunidad que los acogió. Fue designado el primer maestro de Novicios. Esta grave responsabilidad fue encomendada al P. Amador Angulo.

Así queda ilustrada en el diario de vida del Noviciado de 1981:

“Miércoles 25 de marzo: Anunciación de María. Dentro de la celebración Eucarística, en un rito sencillo, cuyos signos principales fueron el alba, la Biblia y las Constituciones son admitidos en el noviciado Claudio Ríos y Patricio Bravo.”

“La Misa se inició a las seis de la tarde con la participación de toda la comunidad de las Nieves, cinco religiosos de la comunidad de Viña, el P. Saturnino López de Ovalle y las familias completas de los novicios. Después de un cóctel de amistad despedimos a cuantos nos honraron con su presencia. En la práctica fue una inauguración de la capilla que cobijó la cifra record de 25 personas.”

Por estas fechas, el Superior general, P. Thomas Langenfeld tenía mucho interés en visitar la Misión chilena. Para alegría de todos, a fines de agosto de 1981, realizó la anhelada visita canónica en compañía de su consejero el P. José Antonio Lezama. En un ambiente de total apertura y sencillez pudieron compartir con los Hermanos, en los breves días de su permanencia. En la carta informe de su visita enviada a los religiosos de la misión entregó pautas concretas, y en las sugerencias que dejó, animaba, una vez más, a profundizar en una pastoral vocacional seria y responsable. Igualmente invitaba a tener programas de formación adaptados a la cultura del país:

“En el momento presente, tanto en Chile como en todo el resto de la América Latina existe para las congregaciones religiosas una gran posibilidad de próximo futuro desarrollo. Los Clérigos de San Viator no sois ajenos a este movimiento hacia un futuro esperanzador, como lo prueba el hecho de que la preocupación por las vocaciones ha sido la constante más fuerte en todas las reuniones comunitarias.”

“La presente situación de la Congregación exige de nosotros una acción clara y total en este aspecto de las vocaciones, pero la dedicación a las vocaciones y a la formación no es cosa que pueda hacerse a tiempo parcial. Por eso instamos fuertemente a que entre la Provincia de España y la Delegación de Chile se tenga un diálogo en profundidad con el fin de dar con las personas que puedan realizar eficazmente este trabajo.”

“Respecto a los programas de formación o vocaciones que deben desarrollarse, podrán comenzar a partir de los programas de España, pero deberán ser adaptados liberalmente a la cultura y condiciones particulares de Chile. Creemos que este es, hoy, el trabajo más urgente de los Clérigos de San Viator en Chile.”

“El asunto de la casa de acogida (una o varias) de la que hemos oído hablar en algunas comunidades, debe ser estudiado conforme a una planificación de este trabajo y realizado por el responsable de las vocaciones – quizá el de formación – juntamente con el Consejo Regional. No obstante, pensamos que, por ahora, es prematuro dar pasos en este sentido antes de desarrollar un verdadero programa de acción vocacional.”

Más adelante agregaba:

“Que el entusiasmo despertado en todos los Clérigos de San Viator con ocasión de nuestro ciento cincuenta aniversario sea el punto de arranque para esta nueva provincia nuestra, y que el Señor, por mediación del P. Querbes, de San Viator y de la Santísima Virgen, bendiga todas vuestras empresas.”

En diciembre de 1981 el promedio de edad de los religiosos es de 47.65 años. El 34.7% pasa los 50 años. El 39% de los religiosos está entre los 40 y 50 años. Estas cifras también decían algo a los religiosos, que sin caer en una pastoral vocacional desesperada, les sugiere por sí solas, pistas de acción. Ven claro la necesidad de dedicar una persona cualificada a esta pastoral y se piensa seriamente en la conveniencia de una residencia en el centro de Santiago con esta finalidad, para atender a aquellos jóvenes con inquietud. Se habla de una casa como pre-postulantado y al mismo tiempo pudiera servir como residencia adecuada para los religiosos que, por razones de trámites académicos u otros vienen de Viña del Mar o de Ovalle e incluso del mismo Puente Alto.

Con todos estos antecedentes y sugerencias la Comisión de vocaciones y formación se propuso como objetivos prioritarios: fomentar la pastoral juvenil, intensificar la oración comunitaria por las vocaciones, y abrir las comunidades religiosas a los jóvenes.

Y entre los medios que emplearán se encuentran las jornadas mensuales en dos de las obras y bimensual a nivel de Delegación, visitas y promoción vocacional en colegios estatales, campamentos vocacionales, participación en seminarios y talleres de clara orientación vocacional y en el Departamento vocacional de Conferre. Además, la elaboración y edición de material vocacional escrito.

La Comisión de vocaciones y formación invitó a todos los religiosos y comunidades a seguir buscando con creatividad nuevas alternativas para ofrecer a los jóvenes formas concretas de canalizar sus inquietudes y, sin ánimos de marginar a nadie de la atención, privilegiar el trabajo juvenil con acompañamiento personal y grupal programado.

Ya se habían comenzado a realizar las jornadas vocacionales en el remozado Seminario de Puente Alto. Asistían jóvenes de Ovalle, Viña del Mar, Puente Alto. Era tanta la actividad que el mismo Seminario puentealtino se hizo pequeño y como consecuencia trajo ciertos problemas de interferencias en los programas y en el ritmo propios de la casa de formación. La comunidad formativa consideró urgente construir salas independientes que pudieran servir para acoger a tantos jóvenes.

Así, la Delegación comenzó a elaborar un programa concreto y sistemático de seguimiento vocacional. Los frutos de la pastoral activa y bien estructurada comenzaron a verse. Ante la cantidad de jóvenes que llamaban las puertas de las comunidades por iniciar un proceso de discernimiento vocacional se hizo necesario establecer un programa de formación inicial, es decir, para el postulantado, noviciado y escolasticado y disponer de religiosos dedicados a ella capaces de renuncias, muchas veces personales, por el bien de la Congregación.

Fruto del trabajo vocacional se vio la urgente necesidad de contar con una casa para el Postulantado distinta a la del noviciado. Después de probar diversas experiencias y buscar diversas alternativas. Se consideró que lo más adecuado era construir una casa en un terreno cercano a los centros universitarios de Santiago. Es así como en 1985, en la comuna de La Florida, en Santiago, una comunidad de religiosos acogía a 7 postulantes. Muy pronto la comunidad y los formandos se insertaron en el corazón de la comunidad cristiana parroquial como un servicio viatoriano muy valioso en las capillas y colegios de la zona.

En febrero de 1981 se daba un acontecimiento que iba a marcar la historia de la Provincia. El Superior general, P. Thomas Langenfeld, viajaba a España para presidir y preparar las elecciones provinciales. Para la Dirección general supuso hacer un ajuste en el Consejo general pues el P. José María Legarreta, consejero general, figuraba como el principal candidato. Esto motivó a que el P. José María presentara su dimisión para estar a disposición de lo que la Provincia le pedía. Era algo inédito en la Congregación. El Capítulo Provincial, el 22 de marzo de 1981 elegía para cuatro años al P. José María Legarreta como Superior provincial.

Concluía así su provincialato el P. José Luis Ezcurra quien se había despedido por última vez de Chile el 7 de septiembre de 1980. Su visita pastoral tuvo como principal motivo ofrecer a los religiosos la oportunidad de conversar personalmente con él y, de paso, reflexionar con los responsables y en comunidades sobre las obras y necesidades principales para un futuro próximo.

El P. José Luis Ezcurra saca como conclusión de su última visita pastoral que la Provincia debía ser más consciente de la hermosa labor que los Hermanos realizan en Chile y se debía apoyar esta Misión con la oración, aporte en personas y con una correspondencia epistolar más frecuente. Aunque estaba convencido de que siempre había existido una inquietud por la pastoral vocacional, piensa potenciarla con la dedicación de un religioso a esta labor. Hizo hincapié en que los Hermanos realicen un esfuerzo mayor de adaptación al país de adopción, pues a pesar de los muchos lazos de toda índole, los Hermanos españoles son diferentes.

La comunidad viatoriana quedó muy agradecida del esfuerzo del saliente Superior provincial por animar la Delegación y su disponibilidad por atender con tanto cariño y acierto las personas y obras que le fueron confiadas como primer pastor de la joven fundación chilena.

Como era de esperar y los Hermanos lo demandaban, para el 5 de abril de 1982 proyecta su primera visita pastoral el P. José María Legarreta a la Delegación de Chile. Con una apretada agenda permaneció durante veinte días visitando las obras, poniéndose al corriente de todo y animando a las comunidades. Comienza su actividad con la comunidad de la Escuela Industrial “Las Nieves” de Puente Alto, continuando con Viña del Mar. Más tarde se dirigió a Ovalle coincidiendo con la ordenación diaconal del Hermano Gerardo Soto celebración que tuvo un marcado carácter vocacional. Finalizó su periplo en “La Parcela” de Puente Alto, residencia del Superior delegado.

El día antes de partir a España se reunió con todos los viatores del país a modo de despedida y para tratar asuntos que concernían a toda la Misión. Expuso una visión panorámica de lo observado en su visita y compartió algunas recomendaciones muy precisas para el bien del estado de la Congregación. Así lo recuerda el P. Amador Angulo, Superior delegado:

“El Padre Provincial terminó su intervención el 24 de abril “felicitándose de que los religiosos de Chile tenemos oportunidad de participar activamente en dos campos muy viatorianos: los jóvenes y los pobres”. Expresó también en otra oportunidad la ausencia en la Delegación de organizaciones juveniles. Sería muy conveniente cuestionarnos sobre este punto, evaluar lo que hacemos y ver con los medios que tenemos, qué podemos hacer unidos colegio- parroquia, partiendo de los que tenemos: Juvi, grupos de confirmación, coros juveniles, grupo vocacional… Nuestro futuro como Delegación dependerá de lo que hagamos en este campo. Es importante no perder de vista las prioridades que como viatores y Delegación nos hemos propuesto.”

“También hemos escuchado que se puede pasar por América sin enterarse de que hay pobres. Nosotros podemos trabajar tranquilamente en el colegio y en la parroquia sin darnos cuenta de su existencia”.

1982 queda señalado por la celebración del vigésimo quinto aniversario de la llegada de los primeros Clérigos de San Viator a Viña del Mar. Por tal motivo, la comunidad viatoriana chilena se dispone a organizar diversos actos conmemorativos. Se solicitó a la comunidad de Viña del Mar se constituyera en comisión rectora de estas celebraciones.

Por otra parte, el Colegio San Viator de Ovalle, después del éxito obtenido en Viña del Mar, se encargó de planificar y ser anfitrión en la segunda Viatoriada en la que participaron los tres colegios y la Parroquia El Divino Salvador. Fue un gran evento. Toda la comunidad ovallina acogió, con la generosa hospitalidad que la caracteriza, a más de 250 personas, entre profesores, alumnos, padres, apoderados de Viña del Mar y Puente Alto. Fueron tres días llenos de confraternización y sana competencia.

Así dejó constancia el diario local, La Provincia:

“Como adelantábamos en el día de ayer, el acto público de la noche de ayer en la Plaza de Armas, fue un verdadero broche de oro para la VIATORIADA 82, que organizara el Colegio San Viator. El acto en el que participaran no solo las delegaciones de los colegios viatores de Puente Alto, Viña del Mar y Ovalle, sino además delegaciones de diversos colegios de la ciudad y de Valparaíso, fue presenciado por una verdadera muchedumbre que alrededor de las 20.00 Horas colmó el sector de Vicuña Mackenna frente a la Plaza de Armas.”

“En el breve y sencillo acto, que contó con la presencia de los máximos directores de los Colegios viatorianos del país, de autoridades locales invitadas, e invitados especiales, destacó la actuación de la Academia de Danzas de la señora Ángela Lancellotti. Las pequeñas bailarinas hicieron una demostración danzas típicas de España como un homenaje al Día de la Hispanidad que se celebra hoy en toda América.”

“Pero lo que despertó la admiración de los asistentes fue la presentación de la Banda de Guerra del Colegio San Antonio de Viña del Mar, que encabezó el desfile de las delegaciones clausurando el acto. Alrededor de 50 jóvenes estudiantes que mostraron una disciplina y sincronización en sus evoluciones que despertaron la admiración del público. Como un hecho anecdótico se podría contar que para empezar el desfile, en ausencia de una autoridad uniformada, dio la autorización la Alcaldesa Subrogante, abogado María Inés Núñez.”

“Una vez concluido el acto en la Plaza de Armas, las delegaciones desfilaron por las principales calles de la ciudad hasta el Colegio San Viator, encabezados por la espectacular Banda de Guerra del Colegio San Antonio. A su paso como en la canción de Chico Bórquez, la gente salía a observarla y aplaudir con entusiasmo.”

“Una vez en el colegio, los organizadores procedieron a clausurar la VIATORIADA 82, que durante tres días reunió a los colegios de Ovalle, Puente Alto y Viña del Mar, con un breve acto. Enseguida todos los participantes se reunieron en una cena de convivencia para después los visitantes regresar de inmediato a sus ciudades de origen después de vivir tres jornadas realmente inolvidables.”

Otra actividad, no menos relevante en estas fechas, fue la celebración íntima de todas las comunidades religiosas, el día 13 de noviembre en Puente Alto. Una vez congregados, todos los Hermanos se distribuyeron en diferentes comisiones para reflexionar y proyectar con su trabajo el crecimiento de la Delegación en todos sus aspectos. A mediodía, se hizo un recuerdo muy especial de la llegada de los Clérigos de San Viator y se rindió un homenaje al P. Saturnino San Martín, fundador y gran protagonista de los acontecimientos viatorianos en el país. Se disfrutó de un almuerzo campestre donde reinó la alegría y la fraternidad. Luego hubo discursos de agradecimiento y obsequio de un Diploma conmemorativo que la Delegación ofrecía al P. Saturnino en agradecimiento por sus veinticinco años al servicio y entrega incondicional a la obra viatoriana. Finalizó la jornada con la celebración Eucarística.

Las actividades conmemorativas culminarían en abril de 1983 con una gran convocatoria a todos los amigos y conocedores de la obra viatoriana, a trascendentales y emotivas celebraciones litúrgicas en Viña del Mar, los días 8, 9 y 10 de abril presididas por el Superior provincial, P. José María Legarreta y su Consejero y Administrador provincial Hermano Basilio Álvarez. Se invitó en esta ocasión a representantes de las fundaciones de América Latina y el Caribe. El Programa de invitación decía así:

“Jueves 7 de abril: 16.00 a 19.00 Horas: Tarde de Oración. Local Parroquia de San Antonio de Viña del Mar.
Viernes 8 de abril: Admisión de Postulantes, primeras promesas religiosas de Claudio Ríos y Patricio Bravo. 18.00 Horas. Bodas de oro de vida religiosa del P. Valentín. Local: Parroquia San Antonio.
Sábado 9 de abril: 17.30 Horas. Ordenación Sacerdotal del Hermano Gerardo Soto. Local: Parroquia San Antonio.
Domingo 10 de abril. 12.30: Primera Misa del P. Gerardo Soto en la Parroquia de San Antonio. Presiden las celebraciones el P. Provincial de España, P. José María Legarreta y el administrador Provincial Hermano Basilio Álvarez. Presidentes de honor: el Nuncio en Chile Mons. Angelo Sodano, el Obispo de Valparaíso Mons. Emilio Tagle y Mons. Félix Ruiz de Escudero. Asistentes e invitados de honor Hermanos representantes de Colombia, Perú y Haití.”

El desarrollo de estas actividades causó un gran impacto en la iglesia local. Los feligreses y amigos acudían a vivir emocionados y con mucho fervor estos acontecimientos en un templo que, cada día de celebración, se hacía más pequeño. El periódico El Mercurio de Valparaíso se expresaba en estos términos:

“Con una de las ceremonias de significación más profunda dentro de la Iglesia Católica, como es la ordenación de un sacerdote, continuará desarrollándose hoy el programa elaborado por la Superioridad de la Congregación de los Clérigos de San Viator, con motivo de cumplirse 25 años de su llegada a Chile.”

“Su ordenación sacerdotal contará con la presencia del Nuncio Apostólico Monseñor Ángelo Sodano, y el Obispo de Valparaíso, Monseñor Emilio Tagle Covarrubias. Asistirán también el párroco, Monseñor Félix Ruiz de Escudero, los vicarios René Pienoví Masafierro y Carlos Valdés, los Clérigos de San Viator y sacerdotes de la diócesis. Pero además, concurrirán el superior provincial con sede en Madrid, el ecónomo provincial que igualmente viene de la capital hispana y miembros de la Congregación de las casa de Colombia, Perú, Haití y Canadá.”

Al día siguiente la Comunidad y los Hermanos invitados de las fundaciones de América Latina y del Caribe, se reunían en Granizo en el Refugio San Viator. Se realizó un encuentro, un intercambio de experiencias, métodos, resultados y actividades vocacionales. Se advirtió que en las jóvenes fundaciones había un resurgimiento vocacional, y un gran deseo en todos los religiosos por trabajar en este aspecto.

Esta década fue de mucho fruto en el apostolado y además con apoyo muy agradecido hacia Provincia pues la comunidad chilena se vio enriquecida con la llegada valiosos refuerzos desde España en los Hermanos Liberto Vázquez, Julián Moro, José Gómez, Ángel Murguía, José Luis Hernández, Luis Trigueros y el P. Txomin Lezama quienes llegaban por estas tierras cargados de muchas ilusiones para servir al proyecto viatoriano chileno.

La fecundidad del apostolado educacional se manifestó en estos años por la gran demanda de matrículas en las escuelas y en el desarrollo de muchas actividades, atendiendo a las orientaciones de los obispos, tales como, cursos de catequesis que se han dado en Ovalle a profesores rurales culminando con entrega de diplomas que les acreditó como profesores de religión, cursos que luego se propagaron a Viña del Mar y Puente Alto; las escuelas de padres en los tres colegios; diferentes grupos y comunidades juveniles de inspiración cristiana viatoriana, el movimiento Scout, la catequesis sistemática colegial, una particular atención a los agentes de la misma: profesores, catequistas…; la puesta en marcha del Departamento de Pastoral en los colegios; una mayor sensibilización y trabajo integrado a la pastoral de conjunto y a la Iglesia local. Se intensificaron las actividades a un nivel extra-colegial: grupos Eje, Escoge, tardes mensuales de oración, misiones en vacaciones de verano, retiros, grupos de confirmación. El Refugio San Viator de Granizo, por ser el único en la diócesis en plan de descanso y soledad, es un aporte muy valioso y solicitado por diferentes colegios y parroquias.

Todo esto demuestra que está más vivo y es más actual que nunca el carisma de la Comunidad viatoriana dedicado a la educación cristiana de los jóvenes, especialmente de aquellos que se encuentran en mayor dificultad.

Junto a la riqueza de su apostolado, la Delegación viatoriana en el caminar de sus 25 años, en un proceso natural se va estructurando como una organización paralela a la Provincia. Las necesidades de una sana administración demandan que se oficialicen la comisión de Formación, Estudios y Espiritualidad, la de Economía y Finazas y la de Pastoral. También se formalizan las subcomisiones de Escuela Católica y Vocaciones. Por otra parte se inician serios estudios y reflexiones respecto de los Reglamentos Particulares de la Delegación que serán aprobados definitivamente por la Dirección provincial y la Dirección general.

Una decisión muy significativa y trascendente, por parte del Consejo de la delegación, en febrero de 1983, es la designación del P. José María Zorrilla como responsable de iniciar la incorporación de Asociados en la Comunidad Viatoriana chilena impulsada por el Capítulo general de 1978. Se abre de esta manera un nuevo capítulo en nuestra historia.

Fue una idea original del P. Luis Querbes fundar una asociación compuesta a la vez de religiosos y seglares, solteros y casados.

Nuestra Congregación desde su fundación ha experimentado diversas formas de incorporación: “Donados”, Bienhechores, Oblatos de San Viator y las instancias actuales subrayan la conveniencia- e incluso la necesidad- de esta colaboración con otros miembros del Pueblo de Dios.

El mismo Capítulo general juzgó que era oportuno reconocer en nuestra Constitución la posibilidad de la Asociación de no-religiosos a la Congregación en estos términos:

“De acuerdo con una idea entrañable a nuestro Fundador, la Congregación acepta asociar otras personas que quieran participar de nuestra misión, de nuestra vida espiritual y de nuestra vida comunitaria. Estos asociados no emiten los votos públicos, propios de los Clérigos de San Viator, ni pueden contraer ningún otro compromiso canónico con nuestra Congregación. Se comprometen según las modalidades contenidas en los Reglamentos generales y particulares”. (Const. N ° 5)

“Cada Provincia con el consentimiento de su Capítulo provincial, podía ya atribuirse el derecho de asociar no-religiosos a las comunidades y redactar reglamentos provisionales que regularan los vínculos entre la Congregación y los asociados, con las siguientes orientaciones:

• Los miembros asociados pueden ser hombres y mujeres solteros que siguen conservando el derecho a casarse; matrimonios asociados como tales; sacerdotes seculares, con el consentimiento de su obispo.
• Deben estar dispuestos a trabajar en la línea de nuestra misión; a participar en encuentros regulares con una comunidad.
• Los vínculos principales consistirán en su compromiso de estar al servicio de la misión y de vivir según el espíritu de la Congregación, de acuerdo con su estado de vida, y ser fieles a los reglamentos que les conciernen.
• Se comprometen además a una vida evangélica, que supone oración diaria, eucaristía frecuente, contactos regulares con una comunidad viatoriana.
• Los objetivos principales de la Asociación son, el posibilitar a los asociados una profundización en su vida espiritual y en su compromiso apostólico y beneficiar a los Clérigos de San Viator con las riquezas espirituales y apostólicas de los asociados. Así mismo, ampliar y fortificar los lazos de caridad que nos unen con nuestros colaboradores en la misión.
• En estos años de experiencia, los asociados no deben vincularse a la Congregación con ningún lazo canónico y conservarán su autonomía profesional, financiera y civil.”

Este proceso de inicio alcanzaba su culmen el 15 de mayo de 1988 cuando son admitidos los primeros 15 asociados chilenos en la Comunidad Viatoriana.

A la luz de las primeras experiencias, se incluye en los Reglamentos generales de la Congregación, aprobados por la Santa Sede, una normativa básica sobre la Asociación, con encargo a las Provincias de redactar, de acuerdo con las peculiaridades, otros Reglamentos particulares. Es la línea que ha venido progresando, a la búsqueda de una legislación más completa que precise los lazos y compromisos comunes en el seno de la nueva Comunidad viatoriana formada por religiosos y asociados, ambos, herederos del carisma del P. Luis Querbes.

Desde su gestación, la nueva realidad de la Comunidad viatoriana, religiosos y asociados, con una valoración siempre positiva y esperanzadora, ha estado muy presente en todos los foros viatorianos generales, provinciales, regionales y de las nuevas fundaciones, apoyando a los Superiores generales y los sucesivos Capítulos de la Congregación a continuar con estas experiencias.

La Delegación vive momentos que le llenan de satisfacción, por su crecimiento, por su vitalidad. Existe una creciente esperanza en el futuro del carisma congregacional y su compromiso con jóvenes, y en particular entre los pobres de nuestro pueblo. Existe mucha generosidad y la mejor disposición de parte de todos los Hermanos por ser fieles al proyecto regional viatoriano chileno.

La nueva Constitución, aprobada por la Santa Sede el 11 de febrero de 1984, habla por primera vez que un grupo de religiosos suficientemente estable y homogéneo, puede constituirse en Región canónica. En estas condiciones se encuentra la Delegación Viatoriana chilena. A instancias del Consejo provincial y del mismo Consejo general se invita a una seria reflexión para adquirir el Estatuto de Región. Muchos temores surgen en el seno de la comunidad ante una posible autonomía, tales como el aumento de la edad de los religiosos, el peso de las obras, el envío o no de religiosos de España, la inseguridad económica, la perseverancia de los jóvenes religiosos, etc.

Fue decisiva la animación y seguridad que impregnó a la Delegación la visita del Hermano Luis Gutiérrez y el P. José Ramón Zudaire, miembros del Consejo provincial, en relación a solicitar el Estatuto de Región. Permanecieron en Chile entre los días del 23 de enero al 27 de febrero de 1987. Animaron el retiro anual y presentaron la Propuesta Educativa de los colegios de España. En el Capítulo de la delegación el Hermano Luis Gutiérrez hace una clara exposición del tema. En la práctica explica que de hecho, tal y como están las cosas, la comunidad chilena es Región. Por unanimidad la Asamblea acepta solicitar el Estatuto de Región a la Dirección provincial y ésta a la Dirección general.

La Región contaba con 15 religiosos chilenos de los cuales 14 profesaron en esta década: Claudio Ríos Saavedra, Patricio Bravo Angellotti, Iván Higuera Guerrero, Richard Pastenes Cáceres, Raúl Marchant Zúñiga, Marcelo Garland Rodríguez, Julio Donoso Donoso, Carlos Peña Álvarez, Víctor Osorio Ávila, Miguel Rivera Alvarado, Hugo Cepeda Bobadilla, Juan Carlos Olea Urbina, Mario Mansilla Beecher, Pedro Nahuelcura Vargas.

Un acontecimiento que marcó profundamente al pueblo chileno y a nuestra comunidad viatoriana fue la histórica peregrinación apostólica que el Papa hiciera por primera vez a Chile. Juan Pablo II inició su visita el 1 de abril de 1987, a su llegada al aeropuerto fue recibido por una multitud emocionada por su presencia. En seis días recorre nuestro país de Sur a Norte, reuniéndose con mapuches, trabajadores, presidiarios e incluso miembros del gobierno de turno de la época.

Su primera actividad fue un encuentro con sacerdotes, diáconos y religiosos, en la liturgia celebrada en la catedral metropolitana en la que se hicieron presentes varios de nuestros religiosos y seminaristas. Al atardecer se dirigió a la Virgen del Cerro San Cristóbal y bendijo desde las alturas la ciudad de Santiago. Fueron días de intensa vivencia espiritual para todos los católicos del país. La comunidad viatoriana se adhirió a todas los encuentros convocados por la Iglesia.

Momento culminante de la Jornada fue el encuentro con el Papa Juan Pablo II el día de la canonización de Sor Teresa de Los Andes, en la Eucaristía que presidió por la Reconciliación oficiada en el Parque O’Higgins de Santiago.

Se despidió con las siguientes palabras: “Que por la intercesión de santa María, Madre de Chile, Virgen del Norte y del Sur, Señora del Mar y de la Cordillera, Dios bendiga a Chile… Confiad siempre en Dios. El amor puede más y con amor os dejo también mi Bendición Apostólica en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”

El 24 de julio de 1987, corría una noticia que estremecía a toda la comunidad chilena: el P. Valentín Izar de la Fuente, después de una penosa enfermedad muere en Valladolid. Su vida y su obra marcaron profundamente a quienes compartieron con él. Las palabras que el P. Saturnino San Martín pronunció en su funeral expresan el sentir de muchos religiosos y conocidos del P. Valentín.

“Sin temor a equivocarme, podría afirmar que Valentín fue un alma inocente toda su vida. Incapaz de hacer mal a nadie, por lo menos conscientemente, siempre fue su anhelo buscar y cumplir la voluntad de Dios allí donde la Congregación y la Iglesia le necesitasen. Su piedad, desde el Juniorado, fue sincera y profunda. Fiel a los Rezos de Regla, era asiduo también a largos ratos de oración personal ante el sagrario.”

“Digno es destacarse en el P. Valentín su amor a la Congregación. La conocía, la amaba y la daba a conocer con verdadero entusiasmo. De ahí su ilusión, que llegó a ser en él una obsesión, de buscar, orientar y animar a los jóvenes con inquietud religiosa. Y por su celo infatigable por las vocaciones, hoy la Región de Chile cuenta con unos jóvenes religiosos que esperamos sean su corona de gloria junto al Padre.”

“Supo luchar contra la ignorancia religiosa en Chile y contra la inmoralidad, publicando folletos en defensa de la Iglesia Católica que amaba entrañablemente.”

“Por todas estas virtudes, estos anhelos y su aprecio por la juventud, podemos afirmar que el P. Valentín siempre tuvo un espíritu joven y que ha sido apreciado por los jóvenes y que ahora le recordarán con cariño, llorando su ausencia.”

“Queridos familiares: Cuántas cosas más podríais añadir vosotros sobre la bondad y la sencillez de vuestro Valentín. No habéis perdido ni un hermano, ni un tío o familiar. El desde el Cielo seguirá amándoos como siempre e intercediendo por todos y cada uno de vosotros.”

“La Provincia viatoriana de España – y hoy la Región de Chile – pierden un apóstol infatigable.”

“Tu muerte, Valentín, no ha sido una derrota. Tú has sido valiente para enfrentarla y para enseñarnos cómo se sabe morir cuando se ha sabido vivir en un constante amor a Dios y a los Hermanos.”

“Tus despojos mortales quedan en España, pero tu recuerdo y tu imagen de santo religioso quedarán para siempre en Chile donde diste lo mejor de tu vida por los pobres y por los humildes y sencillos.”

“Que tu ejemplo y tu valiosa intercesión hagan fructificar nuevas y generosas vocaciones para la Provincia y para la Región viatoriana de Chile. Descansa en paz.”

El mismo día de la partida del P. Valentín la Comunidad celebraba en Puente Alto, el nacimiento de la Región de Chile. En efecto esa tarde de julio de 1987, tras una Eucaristía, en solemne acto simbólico, estando presente toda la Delegación, dos firmas: del Hermano Juan Alarcón y el Hermano Basilio Álvarez, Asistente provincial que se encontraba en visita pastoral, daban fe de la Regionalización de la Comunidad que entra en vigor el 15 de agosto de 1987. Se trataba de un peldaño en el caminar hacia Provincia como lo expresó el Hermano Basilio:

“ … La Delegación pasa a ser Región. Es otro peldaño más de madurez el que habéis adquirido. Cumplís sobradamente las condiciones que exige nuestra Constitución para adquirir este rango. Pero a la vez que se abren espacios de mayor independencia, vuestra disponibilidad ya reconocida, tendrá que soportar mayores pruebas de responsabilidad.”

“El abanico de vuestras inserciones en Chile es rico, variado y atrayente. Hacéis de vuestros colegios, propios y ajenos, plataforma de pastoral; atendéis con cariño y amabilidad, tanto a internos como a mediopensionistas, carentes de paz y de afecto. A través de la Parroquia llenáis de gozo el corazón de muchos feligreses, necesitados de Palabra de Dios, del calor de vuestra presencia y de vuestro afecto cercano y sincero.”

“Muchos son los jóvenes, apoderados, matrimonios, etc. que irradian felicidad dentro de su pobreza y austeridad de vida porque sabéis crear en ellos motivos de fe y esperanza”.

El fuerte contingente de jóvenes religiosos, y la necesidad de estructurar su formación, hacía pensar en contar con otros recursos adaptados a las nuevas necesidades. Después de reflexionar y probar varias alternativas se vio la urgente necesidad de tener una casa para acoger a los profesos mientras realizan sus estudios.

El Hermano José Gómez, después de recorrer varios lugares de Santiago y de consultar en organismos diocesanos en busca de lo más adecuado, presenta a la Asamblea de religiosos una antigua propiedad de una cooperativa de carabineros en la comuna de Macul que agrada a la mayoría de los Hermanos. Con el consentimiento del Consejo provincial se adquiere la propiedad y se comienza la construcción para ser habitada el 18 de agosto de 1987.

El Superior provincial P. José María Legarreta ha venido a realizar su visita pastoral y presidir el capítulo de elecciones del primer Superior regional. Permanece animando a la Región entre los días 21 de noviembre y 19 de diciembre. El 5 de diciembre de 1987 preside el Capítulo de elecciones y reelige al Hermano Juan Alarcón pasando así a ser el primer superior regional. En esa misma sesión fueron elegidos José Luis Iturriaga y José Antonio Izaga. Con el P, Txomin Lezama y el P. Gerardo Soto como Consejeros designados se completa el quinteto del Consejo regional.

El mismo día, con asistencia de casi todos los Hermanos de la Región, postulantes y preasociados, el Superior provincial bendecía la casa de formación para los religiosos recién profesos que viven durante dos años en grupo comunitario. Esta casa está ubicada en calle Froilán Roa de la Comuna de Macul, cerca de los centros universitarios donde normalmente estudiarán.

La historia regional goza de grandes anhelos evangelizadores y cuenta con una permanente búsqueda de la voluntad de Dios en sus miembros. La búsqueda vocacional tanto al interior de la Comunidad como fuera de ella es muy significativa. El 11 de febrero de 1984 había sido ordenado sacerdote en Valladolid el P. Pablo Zamorano y el 30 de enero de 1988 es ordenado sacerdote, también en Valladolid, el P. José Ignacio San Román. En este mismo año hacen sus votos perpetuos en Viña del Mar, los Hermanos Claudio Ríos Saavedra y Patricio Bravo Angellotti, el 8 de abril y el Hermano Raúl Marchant Zúñiga lo haría el año siguiente.

Un acontecimiento que marcó el acercamiento entre los viatores de América Latina es la inserción del P. Bernardo Paquette de la Fundación del Perú, en la Región de Chile. Permaneció en el país mientras David Cuenca, novicio peruano, hacía su noviciado en Puente Alto. Fue una oportunidad única que dejó lazos profundos entre las dos comunidades viatorianas. Llegaron a Chile el 8 de abril de 1989 y regresaron el 10 de diciembre de 1990. Dejaron un grato recuerdo de su estancia en la Región.

1988 nos arrebató dos viatores muy queridos el Hermano Julián Lagos y el Padre Roque Mendizábal. El Hermano Julián Lagos falleció en Vitoria, España, el día 10 de junio de 1988, a la edad de 66 años y 50 de vida religiosa. En 1967 llegó a Chile como profesor y administrador durante quince años en el Liceo Parroquial San Antonio de Viña del Mar, hasta que una hemiplejía fulminante le obligaba a volver a España y a retirarse a la Residencia de Valladolid, donde pasó los seis últimos años de su vida, como dice la esquela de defunción, hecho una paradoja de alegría y espontaneidad desde una evidente minusvalía física. El Superior provincial P. José María Legarreta le escribió en nombre del Consejo provincial, cuando cumplía 65 años de edad y que muy bien lo retrata:

“ Julián, en nombre del Consejo, MUCHAS GRACIAS, por todo lo que tú eres, por lo que has sido, por lo que has hecho, y por lo que haces…”

“y tú dirás con sonrisa riojana: “Y yo ¿qué hago?- Mucho. Mucho bien. Ya sé que miras con fe la situación en que estás. Yo tuve la responsabilidad de arrancarte de Chile, tierra querida para ti. No puedo decir que noté que se te rompiera algo por dentro. Tú estabas en manos de Dios. Estos años nos estás dando unos sermonazos de campanillas sobre la aceptación de la voluntad de Dios.”

“Ahora tus ¡65! Tienes memoria y recordarás mil historias. Las cuentas. Y por dentro te dejas toda la interpretación de gracia y fe de tu vida. Yo sé que la rumias.”

“Saliste de profesor en marzo del 38 a Vitoria. ¡Qué carucha tendrías! Pero ¡Cómo te empezarían a querer tus alumnos! Yo recuerdo mucho de tu tiempo de Basauri. Por donde has ido te han querido, porque tú te has entregado y has querido a las personas. Por donde has ido has formado comunidad, has puesto alegría en la comunidad… has tenido mil detalles con tus hermanos. ¡Qué sello tenía la sastrería de Vitoria!. Allí viviste lagos años de vida oculta… de motor que sostenía a la Provincia.”

“Yo quiero agradecer tantos sentimientos de hermanos de la provincia que hoy quisieran hacerte un ramillete de flores y de piropos fraternos… Y mi agradecimiento va hacia el Padre que te ha dado tanto don, tanto parecido a su Hijo acogedor, sonriente, amigo de los niños y de los pobres,…sufriente….”

El 14 de agosto fallecía en Bilbao el P. Roque Mendizábal, a los 74 años de edad, 57 de vida religiosa y 38 de sacerdocio. En 1959 fue el primer capellán del reciente colegio San Antonio de Viña del Mar. Después es trasladado a La Laguna. Su apostolado lo ejerció en Puente Alto, y también en Ovalle. Roque amaba a los pobres, los niños, a los que sufrían como ha quedado demostrado en las páginas anteriores. Su Chile lindo le marcó tanto que le cambió el vocabulario y el tonillo de voz. Siempre habló a la chilena. Dejó una huella imborrable en muchas familias. Sus funerales se celebraron en Mondragón, su pueblo natal y familiar, presididos por el Superior provincial, P. José María Legarreta, rodeado de más de treinta sacerdotes. Asistieron muchos viatores de toda España, todos sus familiares y muchos de sus innumerables amigos. Acto seguido, los restos mortales recibían tierra en la tumba de los Clérigos de San Viator en el cementerio de Escoriaza, donde reposan otros trece de sus hermanos de congregación.

También, 1988 fue el año del XXV Capítulo general que elige como nuevo Superior general al P. Leonard Audet, de la Provincia de Saint Laurent. El P. Leonard tiene 56 años. Es profesor de Sagrada Escritura de la Universidad de Montreal de cuya facultad ha sido Decano dos períodos (8 años). Le acompañan como consejeros el P. José Antonio Lezama, Vicario general, el H. Fernand Marion, Administrador general, el P. George Auger y el H. Robert Bonnafous. El P.General y su Vicario firmaban su profesión de fe en presencia del P. Kenneth Morris, y se ponían al servicio de la Congregación. Estuvo presente en esta ocasión, por la Región de Chile, el Hermano Juan Alarcón.

Se cierra este capítulo señalando la fuerza apostólica que inspira a este grupo de viatores en tierras chilenas. La comunidad estaba deseosa de tener una obra educativa propia, además del colegio de Ovalle, y así aprovechando el gran terreno adquirido en la comuna de Macul, en el que se ha construido la casa para los religiosos jóvenes se comenzó, a edificar la obra, con los permisos necesarios de la Dirección provincial, y solicitando un préstamo pagadero a varios años a la misma Provincia.

El nuevo colegio San Viator de Macul, comenzó a funcionar el 6 de marzo de 1989 con 413 alumnos en cursos duplicados de primero a quinto básico. El Hermano José Antonio Izaga es el primer director. Le acompañan el P. Domingo Lezama como administrador y Padre Espiritual y el Hermano Liberto Vázquez como profesor, además de 10 profesores laicos. Fue motivo de alegría tanto para la Región, como para todo el barrio donde está inserto. Los apoderados hicieron largas filas para el examen de diagnóstico y luego matricular a los alumnos seleccionados.