14
"REFUNDAR AYER, HOY, MAÑANA ".
1. OBJETIVOS :
- Conocer
la Congregación a partir de la muerte del P. Querbes.
- Conocer
los sucesores del P. Querbes.
- Conocer
el problema de 1903.
- Valorar
el carisma congregacional de cara al futuro.
- Valorar
la Congregación como respuesta a las necesidades de nuestro tiempo.
2. TRABAJO
PERSONAL
2.1 Oración :
Lee
el siguiente texto:
"¡Ánimo,
Hijos míos!. Ahora me corresponde a mi hablaros, pero no tengo fuerzas. Habéis
visto la unión que ha existido siempre entre el Sr. Favre y yo. Obedecedle de
la misma manera que me habéis obedecido a mí. Desterrad de vosotros todo
espíritu partidista y de sistema. Sed obedientes. Comunicad mis recomendaciones
a los ausentes. Os doy mi bendición, así como a todos los demás."
OREMOS :
Señor,
Dios nuestro, que infundes en el P. Querbes, espíritu de verdad y de amor para
llevar a cabo el proyecto que le encomendaste. Concede a cuantos seguimos sus
pasos crecer en la santidad e imitar su ejemplo.
2.2 Lee el siguiente documento y marca lo que más te impacta.
El P.
Hugo Favre fue elegido superior general y tomó en sus manos, no muy seguras, la
dirección de la congregación. Quince años más tarde le sucedía el P. Gonnet. Y
después otros, hasta el actual superior general, P. Léonard Audet.
No
se puede pretender redactar en algunas páginas una síntesis satisfactoria y
objetiva de ciento treinta años de una historia rica y variada. La parte que se
recoge aquí es deliberadamente subjetiva. En este conjunto de figuras, de
hechos, de épocas, de países, de sufrimientos y de alegráis, no se recuerdan
más que algunos elementos que caracterizan cinco períodos y algunos otros de la
Congregación.
LA CONGREGACIÓN
“FRANCESA”.
En Francia, después de la muerte del Fundador y hasta 1880 poco más o
menos, el desarrollo fue rápido y constante. Tres noviciados formaban unos 25
religiosos por año (media de los años 1870-1879). El crecimiento fue
disminuyendo durante los quince años siguientes: se entraba en un época de
turbulencias políticas. Algunas disposiciones legislativas (las leyes de Ferry)
decidieron la secularización de la institución escolar. Las congregaciones que
hasta entonces habían podido dirigir escuelas comunales, públicas y remuneradas
por el estado, tuvieron que abandonarlas para abrir escuelas parroquiales
libres, pero pobres. Los religiosos fueron obligados al servicio militar.
Disminuyeron las entradas al noviciado. Durante los años 1895-1900, aunque el
clima político y religioso de Francia era todavía muy tenso, los noviciados se
llenaron de nuevo. En 1900 se cuenta con unos 500 religiosos franceses de un total de 760
religiosos en toda la Congregación. Y así llegó el año 1903.
En Canadá, el desarrollo de la
comunidad se forjó a partir de obras poco numerosas, pero sólidamente
implantadas. En 1897, medio siglo después de la fundación, la provincia contaba
con 215 religiosos. El Padre Champagneur había mantenido el timón hasta 1870.
Tres religiosos canadienses fundaron
en 1865 una escuela en Bourbonnais, en Illinois (Estados Unidos). Se abrió un
noviciado y en 1882 los religiosos de Estados Unidos formaron la provincia de
Chicago de la que fue superior el Padre Cirilo Fournier. A finales de siglo
contaba con algo más de cuarenta religiosos.
Hasta los umbrales del siglo XX la
Congregación presenta lo que se podría llamar “el rostro francés”. Los
religiosos de Francia constituían el grupo dominante. Excluyendo la provincia
de Chicago, las obras de todas las demás provincias (Canadá, Rodez, Les Ternes
y Vourles) siguen el mismo esquema:
-
Escuelas elementales, a veces con pequeños internados que representan el
principal compromiso de la Congregación;
-
Algunos colegios que no ocupan más que una minoría de religiosos. En Francia
cada provincia tiene un colegio (Rodez, Saint-Louis de Camonil, Les Ternes,
Saint-Angeau en la región de Cantal. Vourles, Saint Michel en París);
-
Obras sociales: orfanatos en Francia, institución de sordomudos en Montréal;
-
Algunas sacristías.
Predominan las pequeñas o medianas
comunidades. Quedan todavía algunas escuelas de clase única. En 1900 solamente
cuatro comunidades sobrepasan los 20 religiosos: Saint-Louis de Camonil, El
Instituto de sordomudos de Montréal, Saint Michel de París y San Viator de
Bourbonnais.
Numéricamente los hermanos son
ampliamente mayoritarios. En Canadá representan el 90 por ciento de los
religiosos. En Francia la llamada a los estudios clericales y al sacerdocio es
demasiado restrictiva y faltan sacerdotes para el servicio de la comunidad (en
1900 en el conjunto de las tres provincias francesas sólo el 1,6 por ciento de
los religiosos son sacerdotes).
LA TEMPESTAD.
En mayo
de 1903, en Francia, el ministro Combes decretó el cierre de 11000
establecimientos escolares u hospitalarios dirigidos por congregaciones
religiosas.
En el espacio de dos meses los
Clérigos de San Viator de Francia vieron cerrarse las direcciones provinciales,
los juniorados, los noviciados, las casas de religiosos ancianos. El personal
fue dispersado. Todas las escuelas y colegios se vieron acosados. Muchos de
ellos desaparecieron. Todos los bienes inmuebles de la congregación fueron
arrebatados por el Estado y definitivamente perdidos. Las comunidades
estallaron. Algunos religiosos conocieron la prisión y los tribunales. Otros, a
veces con muchos años partieron hacia el extranjero. La misma Dirección General,
que se encontraba en París, tuvo problemas. El Superior general y el personal
buscaron refugios provisionales.
En las tres provincias se había
previsto la tormenta, pero no se pensó que iba a ser tan fuerte. El año
precedente, el Superior provincial de Vourles había explorado los países
limítrofes. Se eligió Bélgica como posible lugar para replegarse y se compró
una gran casa en Aerschot cerca de Lovaina. Se llenó muy pronto. La provincia
de Canadá había hecho saber que en caso de necesidad acogería a los franceses.
En febrero y junio de 1903, dos grupos de religiosos jóvenes y de novicios
atravesaron el Atlántico. Un tercer grupo se reuniría con ellos en agosto. Un
total de 31 franceses fueron acogidos entre sus hermanos canadienses. En
septiembre de 1903 algunos Clérigos de San Viator de Rodez llegaron a Vitoria
(España). Un mes más tarde, un segundo grupo atravesaba los Pirineos. Muchos
religiosos, novicios y juniores les siguieron. El Capítulo general de 1905,
reunido en Bélgica, suprimió la provincia de Ternes. No había tenido la suerte
de ser dirigida por un superior firme, capaz de tomar las decisiones
convenientes como las otras dos provincias francesas. Además carecía de
recursos.
Las provincias de Rodez y de Vourles intentaron reconstruirse poco a
poco. Todas las escuelas eran libres y estaban dirigidas por personal
“laicizado”, como se decía entonces.
Varias “obras materiales” ofrecían algunos recursos (huertos, explotaciones
agrícolas, confección de sotanas, ventas de objetos de piedad...). En
Molembeeck, cerca de Bruselas y en Vitoria crecían los colegios. Se intentaba
revivir cuando estalló la guerra y fue necesario entrar de nuevo en la
incertidumbre del mañana. Casi la mitad de los religiosos fueron movilizados. El diez por ciento de los
efectivos de 1914 murió en la guerra: fueron diezmados en el sentido más
estricto.
De estos quince a veinte años de
pruebas salen unas provincias cansadas. Su vitalidad se ha resentido y el temor
a volver a vivir de nuevo los acontecimientos de 1903 se va borrando muy
lentamente. Este período corresponde a un debilitamiento, a un esfumarse de la
influencia francesa sobre toda la Congregación. En 1907-1908 se produce un cambio:
el número de religiosos de América del Norte llega a ser mayor que el de los
religiosos europeos. Entre 1905 y 1919 en Francia ingresaron solamente
130nuevos religiosos y fueron muchos los que salieron o murieron, mientras que
el número de religiosos que ingresaron en las provincias de Canadá y de Chicago
en el mismo período de tiempo fue de 340.
LA CONGREGACIÓN
“CANADIENSE”.
Entre
1920 y 1960 el número de religiosos canadienses aumenta regularmente y llega a
representar las dos terceras partes del total de la Congregación (en 1960: 1146
sobre 1760). Este dinamismo permitió desarrollar sólidos y muy famosos colegios
clásicos (Seminario de Joliette, Colegio Bourget, en Rigaud y otros), instituciones especializadas
para los sordos (en Montréal y en Québec)
y para ciegos (en Montréal. También van religiosos hacia el este, a la
desembocadura de San Lorenzo, hasta Habre Saint-Pierre, donde se acaban los caminos;
hacia el Norte, en Abitibí y Temiscamingue; hacia el oeste, en Manitoba incluso
más lejos ya que, en 1931, algunos religiosos parten para fundar un colegio en
Sep’ing Kaï, en Mandchuria. Alguno viene también más tarde a echar una mano a
sus hermanos de Francia y de Bélgica. ¡Los que se encontraron aquí durante la
segunda guerra mundial llevaron a su país muchos recuerdos que probablemente
hubieran preferido ahorrarse! La provincia canadiense tuvo que dividirse,
primero en 1938 (Montréal, Joliette), y más tarde 1955 (Abitibí, San Lorenzo).
Algunos religiosos implantan la Congregación en
Japón (1948), en Taiwan (1953), en el Perú (1959) y en Haití (1965).
Estas cuatro provincias llegaron a pesar mucho en la Congregación.
La provincia de Chicago se desarrolló en una dirección que la
caracteriza y que abarca las grandes instituciones de enseñanza, la enseñanza
superior, las capellanías y las tareas parroquiales, siempre por un personal
muy cualificado. Durante los años 50 y
60, el 70% de los religiosos son sacerdotes. La provincia funda un
colegio en Bogotá (Colombia) en 1961.
Al salir de las dificultades mayores
que habían sufrido, las dos provincias francesas se han ido rehaciendo poco a
poco. Sus compromisos se han mantenido fieles a su pasado, quizá demasiado:
escuelas primarias, rurales, algunos cursos complementarios, la responsabilidad
de sacristías. Esto permitió, sin embargo, una buena inserción en las
parroquias y una estrecha colaboración con el clero. Pero durante este período,
la formación de los religiosos se estancó un poco en un mundo que evolucionaba
rápidamente. El escolasticado para la formación de los religiosos jóvenes se
abrió solamente en 1937. En 1955 religiosos franceses fundaron una escuela
normal en Bouaké (Costa de Marfil).
El desarrollo de la fundación de
España fue al principio muy lento. Luego,
a partir de 1920, bastante más
firme. A pesar de las incertidumbres de la guerra civil (1936-1939), las
comunidades de España formaron en 1937 una viceprovincia que diez años más
tarde se convirtió en provincia. Los religiosos franceses que
echaron las bases supieron adoptar la lengua, las costumbres y la mentalidad
del otro lado de los Pirineos y llegaron verdaderamente a formar parte de la
nueva familia. En 1957 la provincia de España funda un colegio en Viña del Mar
(Chile).
El desarrollo de la comunidad de
Bélgica, en los alrededores de
Bruselas-Molembeek y de Westmalle, fue más lento y más inseguro.
El
Capítulo general de 1937 pidió y obtuvo de la Santa Sede que la Congregación fuera declarada clerical.
Sin embargo en Francia la Unión de superiores mayores sigue clasificando
todavía a los Clérigos de San Viator entre los hermanos dedicados a la
enseñanza.
EL TIEMPO DE LAS
CORRIENTES DE AIRE.
El peso
de unas estructuras ya decrépitas, una centralización excesiva, un estilo de
vida un poco estereotipado y sobre todo el contacto con el mundo que ha
cambiado tanto, han obligado a unas inevitables revisiones a la mayor parte de
las congregaciones, en particular a los Clérigos de San Viator. el Concilio
Vaticano II aportó el aire fresco que deseaba Juan XXIII y permitió mejor a
vida religiosa en la Iglesia.
Pero a esta puesta al día deseada
por el concilio se añadió por doquier la
contestación que flotaba en el aire de mayo de1968. En Canadá la reforma del
sistema de enseñanza condujo a la cesión de todas las escuelas o colegios,
excepto dos, a comisiones escolares. La “revolución tranquila” en Québec trajo
consigo revisiones, un poco apresuradas a veces, liberaciones un tanto
incontroladas.
La crisis de las instituciones, la
fragmentación de las comunidades, los numerosos abandonos han provocado un
interrogante sobre la identidad del Clérigo de San Viator que no se ha vivido
siempre de forma cómoda.
Sin embargo, la reflexión comenzada
en los capítulos de 1969 y 1972 y extendida más tarde a toda la Congregación,
la animación pastoral preocupada de las personas, la preparación en las
comunidades locales, en las provincias y
en los capítulos generales de la nueva Constitución (1978) y de los Reglamentos
generales (1984) han permitido poco a poco redescubrir lo esencial de la misión
y de la vida religiosa del los Clérigos de San Viator.
¿Y MAÑANA?
Una Congregación, nacida en una
época determinada y para responder a unas necesidades concretas, debe volver a traducir la intuición fundadora
con palabras adaptada al mundo en que está viviendo. Esta actualización, esto
que podría llamarse “refundación”, es algo dinámico y creador.
La Constitución de la Congregación
se sitúa en la línea de Luis Querbes: ¿Podría ser de otra manera? Lo hace no
para repetir sus gestos, sino para tomar algo de este relámpago de caridad que
le hizo sensible a una necesidad de su tiempo, que le impulso a ser inventivo.
“Anunciar a Jesucristo y su Evangelio y suscitar comunidades donde se viva, se
profundice y se celebre la fe”. Así definimos hoy la misión de los Clérigos de
San Viator que el Padre Querbes definía como “la enseñanza de la doctrina y el
servicio del Santo altar” (nº 8). Respecto a los destinatarios de la misión,
“La Iglesia nos envía a todos los
hombres, en particular a los jóvenes, tanto en los países de origen como en el
extranjero. Además, por las llamadas incesantes de la Iglesia y del mundo,
Cristo nos urge a hacernos presentes sobre todo entre los abandonados de la
sociedad (Nº 9).
Durante la elaboración de la
Constitución, los asociados fueron descubiertos con toda naturalidad: “De
acuerdo con una idea entrañable a nuestro Fundador, la Congregación acepta
asociar otras personas que quieran participar de nuestra misión, de nuestra
vida espiritual y de nuestra vida comunitaria”. Estas son las adarajas, los
dientes de piedra que dejó el Padre Querbes en su construcción y que permiten,
ciento cincuenta años más tarde, edificar el complemento que él juzgaba
indispensable a su proyecto. En Francia,
en España, en Costa de Marfil, en Canadá, en Chile, en Japón, seglares, con
frecuencia parejas, comparten la misión, viven el espíritu de la Congregación y
participan en cierto grado y según modalidades propias para cada país en la
vida de las comunidades locales.
El
Capítulo general, que es la autoridad suprema en una congregación, vinculó
claramente en 1984 la misión actual de los Clérigos de San Viator al espíritu
del Padre Querbes y al de la fundación. Este espíritu sigue inspirando la
misión apostólica de la Congregación y su adaptación a las nuevas exigencias de
evangelización.
El
dinamismo del fundador empujó en su tiempo a los catequistas de San Viator,
según un modo especial de servicio (la
enseñanza de la doctrina cristiana y el servicio del santo altar), sobre
todo hacia los jóvenes y en colaboración estrecha con seglares y el clero
diocesano.
Actualmente,
precisa el capítulo: “fieles a las intenciones del Padre Querbes, esta misión
nos envía sin duda hacia todos los hombres, pero principalmente hacia los
jóvenes desfavorecidos, bien en la escuela o fuera de ella, en la parroquia o
en las nuevas comunidades cristianas, en medios no cristianos o cristianos sólo
de nombre.”
“Además,
por las llamadas incesantes de la Iglesia y del mundo, la misión de los
Clérigos de San Viator se abre cada vez más hacia los abandonados de la
sociedad de nuestro tiempo, tanto en el tercer mundo como en el cuarto mundo,
por compromisos reales y concertados a favor de la justicia social y de la
gente sin poder.”
“Queremos
realizar nuestra misión en una pastoral de conjunto, en colaboración activa con
los Obispos y los responsables de las iglesias locales, solidarios y
compartiendo nuestro compromiso con los asociados y con los seglares que desean
comprometerse de acuerdo a su vida de fe y participar en la misión pastoral de
la Iglesia.”
El
capítulo concluye sin ambigüedad: “Cada Clérigo de San Viator, sea cual fuere
su tarea apostólica, está llamado a definirse como educador.”
En
1988, el capítulo general quiso precisar el ministerio común de todos, Padres y
Hermanos. Igualmente religiosos tiene una misma misión: la de catequistas. Por
eso el Capítulo reconoció “que el ministerio común de los Clérigos de San
Viator es el servicio de la Palabra”. Aunque no esté explícitamente indicado,
este servicio concierne también a los seglares asociados.
La
Congregación cuenta actualmente con 910 religiosos (377 sacerdotes, entre ellos
un Obispo, 533 Hermanos, entre los cuales 6 diáconos permanentes) a ellos se
han asociado 105 seglares. Tiene Provincia en Canadá, España. Estados Unidos,
Francia, y fundaciones en Costa de Marfil, Chile, Colombia, Haití, Perú, Japón
y Taiwán.
Después
de la Congregación “francesa”, vino la Congregación “canadiense”, ¿cuál podrá
ser el rostro de la Congregación de mañana? ¿Quién podrá saberlo? Y
sin embargo, ¿cómo no imaginar que lo que están
viviendo actualmente los Clérigos de San Viator chilenos, colombianos,
africanos, haitianos, japoneses, peruanos, taiwaneses no llegue a desarrollarse
y a caracterizar a su vez a toda la Congregación? “El estímulo de las
fundaciones, reconocía el Capítulo general de 1988, es una gracia para toda la
Congregación y lo acogemos como un signo del Espíritu que nos llama a dejarnos
evangelizar.”
En
las fundaciones y las provincias, religiosos y asociados, unos y otros
herederos de Luis Querbes, trabajan juntos en fundar el futuro de la Sociedad
de los Catequistas de San Viator.
2.3 Preguntas personales :
1) Nombra algunas instituciones religiosas que
han pasado a ser parte de tu vida.
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
2) Los Clérigos de San Viator que has conocido, ¿
en qué te han marcado?
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
3) ¿ Has leído y profundizado en la vida de algún
personaje que ha dado vida por Jesús y su Iglesia? ¿Quién? ¿ En qué te ha llamado la atención?
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
4) ¿ Qué sentimientos te deja el conocer al P.
Querbes y su obra?
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
5) ¿ De qué forma puedes contribuir a la misión
viatoriana?
...................................................................................................................................
....................................................................................................................................
2.4 Complementación doctrinal :
Una
sociedad.
"¿
Recordáis con qué título se aprobó en Roma la Congregación de los Clérigos de
San Viator, el día 21 de septiembre de 1838? Asociación de Clérigos parroquiales o Catequistas de San Viator. Estas
dos denominaciones atestiguan la historia y los primeros proyectos del P.
Querbes. Volver a trazar aquí esta historia exigiría mucho tiempo y se saldría
del marco de esta conferencia. Además, esto ya se ha hecho en otra parte. Nos
contentaremos con breves recuerdos.
"
No es una nueva congregación religiosa, dice el P. Querbes, lo que me parece
necesario establecer; una sencilla hermandad de maestros piadosos y cristianos
que puedan responder a las necesidades del momento. Estos maestros seglares,
unidos por los vínculos de la caridad, podrían quedarse célibes o incluso
comprometerse con los vínculos del matrimonio, sin dejar de pertenecer a la
Hermandad". Es ciertamente una Hermandad lo que el Párroco de Vourles
quiere fundar: por una parte, los estatutos aprobados por la administración
civil (1825) son los de una piadosa asociación y los primeros catequistas
aceptados en la sociedad son laicos. La sociedad aprobada en diciembre de 1883
está formada por dos ramas: una congregación y una asociación de laicos. Pero,
desde los primeros años, las cosas se complicaron y la crisis de 1836 obligó a
revisiones dolorosas. En parte, el fundador recurrió a Roma para volver a su
idea original. Redactó en este sentido un capítulo adicional sobre los Catequistas seculares. Sin embargo en
Roma, y a pesar de sus esfuerzos, lo que se aprobó fue un instituto religioso.
Tres
observaciones: que nos guste o no, ¡ los Clérigos de San Viator nacieron
laicos!
En
los primeros años de la Sociedad, se llevaba el título y se ejercía la función
de Catequista de San Viator,
sacerdotes, religiosos y laicos. No hubo ningún laico casado y, desde luego,
ninguna mujer.
Después
de 1838, el P. Querbes no abandonó la idea de catequistas seculares, ya que la vuelve a tomar ante el cardenal de
Bonald en 1841, en el comentario de los estatutos en 1855 y copia el capítulo
adicional de los catequistas seculares en el libro de oro de la Sociedad, juntamente
con otros textos esenciales.
¿ Qué es lo que buscaba el P.
Querbes al imaginar una Asociación y al aceptar, en 1833, la estructura de
congregación emparejada a una cofradía? Una fórmula flexible que permitiera
responder a las diversas necesidades y que facilitara la misión de los
Catequistas: enviar uno o dos hermanos, allí donde lo pidieran; enviar un laico
donde fuera necesario ( quizá incluso guardando el secreto de su pertenencia a
una asociación - en el siglo XIX les gustaba este tipo de afiliación oculta).
De esta manera se quería una sociedad que respetara el deseo de las personas
que entraban en ella, sus posibilidades, su situación, su vocación personal.
Yo
creo, ¿ tengo que recordar que no comprometo a nadie más que a mí mismo? que el
P. Querbes pretendió, aceptó que su proyecto misionero se encarnara bajo
diversas formas de vida: vida consagrada, con Padres y Hermanos; vida de laicos
cristianos. Con la interdependencia y la complementariedad de estas formas de
vida. Con la participación a la misma misión y a la misma espiritualidad.
El
P. Querbes está dispuesto a renunciar a muchos puntos que le parecían
importantes ayer, y por los que había viajado hasta Roma, con tal de que se
respeten "el fin y el nombre del Instituto", lo que constituye en
cierto sentido el código genético de la Sociedad. Ésta llevaba entonces el
nombre de "Asociación de los Clérigos Parroquiales o Catequistas de San
Viator". Sus fines son conocidos: además de la santificación de los
miembros, "la enseñanza de la doctrina cristiana, bien en público bien en
privado, y el servicio del santo altar según la intención del Concilio de
Trento, ses. 123, cap.17". ¿No habrá que volver al significado de este
núcleo irreductible para refundar, para encontrar los fundamentos de la
Sociedad de los Catequistas?. El deseo de revivir en el mundo de hoy y de
mañana la experiencia espiritual que está en su origen, permitirá la fidelidad
y la "conversión a la fragilidad" (Jean Claude Guy) del futuro al que
jamás se acaba de responder.
Esta
creatividad es también, quizá debería decir "es sobre todo”, acción del
Espíritu que es el único que puede hacer cosas verdaderamente nuevas. Él es
quien abre el camino ante nosotros.
El carisma de
Luis Querbes. (Robert Bonnafous. c.s.v.)
3. TRABAJO GRUPAL
- Oración
de comienzo.
- Dinámica
si procede.
- Puesta
en común de las respuestas al trabajo y complementación doctrinal.
- Oración
final. ( dar gracias, pedir perdón, ayuda.)
4.
EVALUACIÓN
1.- Nombra al sucesor del P. Querbes como
Superior general.
....................................................................................................................................
2.- ¿ Qué se entiende por Congregación "Francesa"
?
.....................................................................................................................................
.....................................................................................................................................
.....................................................................................................................................
3.- ¿ Qué sucedió en Francia en mayo de 1903?
.....................................................................................................................................
......................................................................................................................................
4.- ¿ Qué se entiende por Congregación
"canadiense" ?
...................................................................................................................................
...................................................................................................................................
5.- ¿ Qué entendemos por "Refundación”?
...................................................................................................................................
.....................................................................................................................................
6.- ¿ A qué puntos no quería renunciar el P.
Querbes, ante el Papa?
...................................................................................................................................