11
"FUNDAR MÁS ALLÁ DE LOS
MARES".
1. OBJETIVOS :
- Conocer
las primeras misiones y misioneros
- Conocer
y valorar las actitudes de los primeros enviados.
- Valorar
el espíritu misionero del P. Querbes.
- Conocer
los inicios de las Provincias de Canadá y Estados Unidos.
2. TRABAJO PERSONAL
2.1 Oración:
-
Lee el siguiente texto:
"
Nuestra misión se encarna en una acción que es presencia y es participación en
la vida de nuestro tiempo. Nos induce a crear con ellos nuevas condiciones de
vida, signos del Reino futuro.
Nuestro
trabajo apostólico será tanto más fructífero cuanto mejor testifiquemos, por
nuestra vida profesional y comunitaria que, para nosotros, el Evangelio es
prioritario en la formación del hombre y en la construcción del mundo. Esta adhesión
a Cristo y a los valores evangélicos debe ser signo de esperanza y fuente de
plenitud.
El
Clérigo de San Viator, sea cual fuere su edad, activo o jubilado, es invitado a
vivir esta función profética. " (Const.N° 10).
OREMOS :
Oh,
Dios, que te has dignado elegir a San Viator para ser guía de la juventud. Y
para ser modelo de jóvenes y adultos!
Te
suplicamos que siendo fieles a nuestras promesas del bautismo, nunca decaigamos
de la dignidad de hijos tuyos a la cual nos has elevado.
También
te rogamos, Señor, nos concedas, por intercesión de san Viator y para
glorificación del P. Luis Querbes, el favor que durante este tiempo te
imploramos. (Hacer la petición).
Que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
2.2. Lee el siguiente documento.
Subraya lo que más te llama la atención.
Si Luis Querbes había sido ordenado por Monseñor
Dubourg, un lionés Obispo de Luisiana, si su condiscípulo Monseñor Loras era
Obispo en Estados Unidos, no era por casualidad. El dinamismo de los católicos
lioneses no se manifestaba solamente en las múltiples iniciativas al servicio
de la diócesis, iba más allá de los mares.
Paulina
Jaricot, aún permaneciendo a la sombra de Fourviére, tuvo la idea sencilla e
ingeniosa de recoger monedas “para las misiones” que en 1822 se convirtió en la
Propagación de la Fe. La obra, aunque se mantenía materialmente de personas y
obras en países de misiones, cultivó y desarrolló el sentimiento misionero de
los católicos de Lyón y de otros pueblos.
También
los Catequistas fueron a fundar a tierra lejanas.
1841. SAN LUIS (MISSOURI)
El
3 de febrero de 1838 el Padre Querbes escribía al Padre Faure: “Preocúpese, le
ruego, de alimentar y animar las buenas disposiciones del Señor Archirel y en
general el celo por las misiones. Algo que me gustaría que hiciéramos más
adelante, sería ir a Argelia a catequizar a los árabes. Pero por ahora
coloquemos los fundamentos sólidos del edificio; otros lo terminarán”. ¡Tiene
una veintena de catequistas y ya está pensando en las misiones! Hace solamente
8 años que Francia desembarcó en Argelia y no ocupa en ella más que una pequeña
banda de tierra. ¡Abd-el-Kader sigue con sus correrías y el Padre Querbes
quiere ir a catequizar a los árabes!.
A
veces los sueños se hacen realidad. Monseñor Rosati. Obispo de San Luis
(Missouri), estaba al frente de una gran diócesis en un territorio pionero cuya
población crecía rápidamente. Las necesidades eran a la medida de la diócesis.
Algunos sacerdotes irlandeses, belgas, franceses vivían ya allí, entre ellos
algunos lioneses, como el sacerdote Fontbonne. También habían ido algunas
congregaciones, como las Hermanas de San José de Lyón. El Obispo buscaba
Hermanos de la Enseñanza. Por mediación del sacerdote Fontbonne quiso que el
Sr. Cholleton se lo pidiera a los Hermanos de María. Éste le sugirió más bien a
los Clérigos de San Viator, puesto que los Hermanos de María estaban a punto de
fundar en Oceanía. Monseñor Rosati, no conociendo ni a unos ni a otros, aceptó
y propuso que dos americanos vinieran a Francia a formarse en el
espíritu de la Congregación para volver después al país con algunos Hermanos
franceses. Por eso en junio de 1839 llegaron a Vourles Alejandro McDonald, un
irlandés de 41 años, maestro de profesión y Guillermo Shepherd, un joven
recientemente convertido. Hicieron su noviciado, pronunciando sus votos un año
después. Aprendieron el francés y dieron lecciones de inglés al Padre Querbes
que intentó traducir al inglés los estatutos de la Congregación.
El
envío de los Clérigos de San Viator a Estados Unidos hubiera debido hacerse en
1840, pero el Padre Querbes no tenía los recursos necesarios y el crédito de
Monseñor Rosati en la Propagación de la Fe era de 7.000 francos cuando el Padre
Querbes pedía el doble para el equipo, el viaje y el mantenimiento de los
religiosos durante su primer año.
El
Obispo de San Luis, de viaje a Europa, pasó por Lyón durante el verano de 1841.
Vino a Vourles y se entendió con el Padre Querbes respecto a la instalación de
los Hermanos en su diócesis. Les dio un terreno que le pertenecía fuera de San
Luis para que abriesen allí el noviciado. Ellos se encargarían de una escuela
en la misma ciudad. Para esta fundación el superior había designado además a
los hermanos McDonald y Shepherd a los Hermanos Antonio Thibaudier, Francisco
Teresa Lahaye, Pedro Pavy y Fermín Lignon. Antonio Thibaudier, 26 años, el
superior del grupo, era originario de Vourles y ya había comenzado sus estudios
sacerdotales. Pavy, 33 años y Lahaye, 25 años, justo terminaba el noviciado.
Lignon, 28 años, lo había iniciado en abril de 1841. El sacerdote Fontbonne
aceptó ser el garante eclesiástico de la pequeña comunidad de San Luis.
Partieron
de Vourles el 21 de octubre de 1841. Los viajeros fueron a Fourviére para poner
la misión bajo la protección de la Virgen María. Embarcaron en el Havre el 4 de
noviembre y dos meses más tarde recalaban en Nueva Orleans.
Monseñor
Rosati volvió a Estados Unidos, pero a
Filadelfia, para consagrar a su coadjutor Monseñor Kenrik. De allí pasó a Santo
Domingo y después a Francia donde murió más tarde. Por consiguiente, no volvió
a San Luis. Monseñor Kenrik acogió amablemente a los viajeros, pero no sabía
demasiado qué hacer con ellos y no tenía terreno para darles, ni trabajo que
ofrecerles. El Hermano McDonald volvió a la escuela que dirigía antes de venir
a Francia. El Hermano Shepherd se encargó de la sacristía de la catedral y del
huerto del Obispo. Los cuatro franceses fueron a la casa cural de Carondelet,
cerca de San Luis, donde se encontraba el sacerdote Fontbonne. Tuvieron
serios problemas de salud y de carácter en particular el Hermano Lignon. El
sacerdote Fontbonne creyó conveniente separarse de él, cosa que no estaba
prevista en los poderes que le había delegado el Padre Querbes. El Hermano
Thibaudier se opuso. Las relaciones entre ambos se hicieron tensas.
Más
tarde la cosas se sosegaron. El Hermano Thibaudier ingresó en el seminario. El
Hermano Lahaye abrió una escuela en Carondelet. Pero en octubre de 1843, el
sacerdote Fontbonne, celoso de su autoridad, acabó por devolver al Padre
Querbes los poderes de su autoridad eclesiástica y rompió con los Clérigos de
San Viator. Monseñor Kenrik acogió a la pequeña comunidad en su casa. Los
Hermanos abrieron una escuela gratuita y se ocuparon un poco más de la
sacristía de la catedral. El Hermano Lahaye entró también a su vez, en el
seminario. El Hermano Thibaudier fue ordenado sacerdote (1844) y se le confió
la parroquia de Carondelet, que el sacerdote Fontbonne acababa de abandonar. El
Hermano Pavy ingresó en los Lazaristas. El Hermano McDonald, que tenía espíritu
un poco exaltado, se le puso en la cabeza que tenía que fundar una comunidad y
desapareció de San Luis. En 1846, el Hermano Lahaye recibió el sacerdocio en
Carondelet y volvió a constituirse la comunidad.
Parece
que Monseñor Kenrik jamás tuvo proyecto para estos religiosos, si no era el de
hacer de ellos los sacerdotes diocesanos que necesitaba. El Padre Thibaudier
había pedido varias veces al Padre Querbes que le enviara refuerzos, pero ante
lo inseguro de la fundación el superior no accedió a sus deseos.
Cuando
supieron que otros Clérigos de San Viator se habían instalado cerca de
Montreal, los padres Thibaudier y Lahaye fueron a su encuentro, en agosto de
1847, dejando al Hermano Shepherd como encargo de arreglar sus asuntos antes de
venir a reunirse con ellos. Es posible que el Hermano Shepherd pusiera los
asuntos en orden, pero no fue a Canadá.
1844. SIRDHANAH (INDIA)
Recordemos
que en 1844 los Clérigos de san Viator estaban amenazados con tener que
replegarse a los tres departamentos para los que había sido aprobada la
Sociedad.
En
el mes de julio de este mismo año, Monseñor Borghi, un capuchino italiano
Obispo de Agra, en la India, vino a Lyon para visitar a las hermanas de Jesús María que dirigían un pensionado en su diócesis.
El Sr. Cholleton lo derivó hacia el Padre Querbes. El Obispo, cuya diócesis se
extendía por todo el río Ganges, pidió inmediatamente seis religiosos para dirigir un
colegio en Sirdhanah (provincia de Agra). El colegio debía tener un pensionado
para los jóvenes ingleses e irlandeses, a los que se daría “una educación
esmerada” y, además, una “providencia” para los indús. El Obispo prometía 4.500
francos anuales.
Se
embarcaron en Marsella el 4 de octubre de 1844. Antes de la partida, Monseñor
Borghi juzgó prudente devolver al Hermano Chavanne a Vourles. Pasando por
Alejandría, Suez (todavía no existía el canal), el Mar Rojo y el Océano Indico,
llegaban a Bombay el día 22 de noviembre. Después de otros dos meses de un
viaje duro a través de la India, llegaron por fin a Sirdhanah el 29 de enero de
1845.
Pero
el Obispo se quejaba: “ Mi querido Sr. Querbes, es imposible que con tales
sujetos y con un espíritu como éste, el establecimiento de Sirdhanah pueda
marchar bien. No hay entre estos Hermanos ni uno solo que tenga cierta
estabilidad” (12 de septiembre de 1846). Efectivamente, uno tras otro se fueron
retirando. El Padre Mermet se quedó durante algunos años solo, volviendo a
Francia en 1853. Parece que el Padre Querbes lo recibió con estas palabras:
“Padre Mermet, ¿qué ha hecho usted de mis hijos?”. Después pasó al clero
secular. La misión no pudo seguir
adelante.
1847. LA INDUSTRIA (CANADÁ)
En
1840, Monseñor Ignacio Bourget fue consagrado Obispo de Montreal. Su
preocupación le impulsaba a buscar una personal sacerdotal y religioso
cualificado para su diócesis en plena expansión. En 1841 fue a Roma para
arreglar cuestiones que concernían a la administración eclesiástica del sur de
Canadá. Aprovechó su paso por Francia para explorar en las diócesis y
congregaciones de enseñanza, hospitalarias o misioneras. Pocos sacerdotes
seculares fueron a Canadá, pero Monseñor Bourget obtuvo Oblatos de María
Inmaculada (1841), jesuitas (1842), Damas del Sagrado Corazón (1842), Hermanas
del Buen Pastor (1844) y unos años más tarde Padres de la Santa Cruz y Clérigos
de San Viator.
En
1844 el Señor Hudon, vicario general de Monseñor Bourget, hizo a su vez un
viaje a Europa. Visitó al Padre Querbes que le dio cierta esperanza sobre
algunos religiosos y le entregó los estatutos de la Sociedad. De vuelta a
Montreal el Señor Hudon recordó al Padre Querbes su compromiso. El
22 de enero de 1845 el Padre Querbes accedió a enviar cuatro religiosos a
Canadá. El Señor Hudon, el 10 de junio siguiente, precisó para qué llamaban a
los Clérigos de San Viator: dirigir un establecimiento en “un hermoso pueblo”
donde “un rico señor de este país” había hecho construir “una preciosa casa de
piedra, de dos pisos, de 80 pies de largo por 40 de ancho (26 metros x 13)”.
Indicaba además que su agente en París adelantaría los fondos necesarios para
el viaje.
Don
Bartolomé Joliette, el rico señor, explotaba la madera y había instalado un
centro industrial, L’Industrie, a orillas del río Asunción, a unos 70
kilómetros de Montreal. El Sr. Joliette quería abrir allí un colegio que
impartiera lo que hoy llamaríamos una enseñanza técnica. Además de las materias
elementales (lectura, escritura, aritmética) habría que enseñar la geometría,
el arte de diseñar planos y presupuestos de construcción, algunos
oficios”(carta del Señor Hudon), “algunas nociones de química, de mineralogía,
de botánica y de agricultura”.
El
Padre Querbes tardó en responder. Como Monseñor Bourget debía ir a Francia, el
Sr. Manseau propuso que los Hermanos no partieran antes que el Obispo hubiera
venido a Lyón para “asegurarse mejor de sus disposiciones, de sus cualidades y
de la buena voluntad de acomodarse a las exigencias de nuestra localidad” (23
de agosto 1846).
Efectivamente,
Monseñor Bourget pasó por Vourles en la primera quincena de diciembre. El Padre
Querbes le impresionó. “Viéndole, escribe al Sr. Manseau, me he llenado de
afecto y de respeto hacia este servidor de Dios. Se entendió con él en los
detalles de la futura fundación. Vio también a los religiosos. Un rasgo contado
y sin duda embellecido por la tradición
oral, nos lo muestra dirigiéndose a la comunidad reunida y preguntando: ¿Quiénes
son los que quieren venir conmigo a Canadá?” Todos levantan la mano menos uno.
Era un religioso cercano a los cuarenta, sólido, con aspecto un tanto huraño.
El Obispo le señaló con el dedo: “¡A usted elijo!” Se llamaba Esteban
Champagneur. Por consiguiente, la aceptación de esta fundación por parte del
Padre Querbes en 1844 no había sido más que un asentimiento de principio, ya
que dos años más tarde los religiosos que debían partir no habían sido aún
elegidos.
El
hermano Champagneur fue designado superior de la fundación. Tenía 39 años. Después
de haber hecho dos años de seminario y enseñado en diversos colegios había
entrado en el noviciado en 1844. Al presentarlo a Monseñor Bourget, el Padre
Querbes decía de él: “ Es frío en apariencia y un poco melancólico. Tiene necesidad de ser animado y prevenido contra los
escrúpulos”. El Hermano Champagneur había pensado ir a la Trapa e incluso lo
había intentado. Juntamente con él partían el Hermano Agustín Fayard, 26 años,
apreciado director de la escuela de Vourles y el Hermano Luis Chretién, 25 años
preparado para impartir enseñanza técnica. El Padre Querbes los encomendaba a
la benevolencia del Sr. Manseau.
La
partida tuvo lugar el 19 de abril de 1847. El 22 de mayo desembarcaron en Nueva
York y remontando el río Hudson llegaron a Montreal el 27 de mayo. Dos días
después estaban finalmente en La Industria. Su primera impresión fue buena:
“Les diré que éramos esperados y muy deseados en el pueblo, y hemos sido bien
recibidos”. Los tres Hermanos tomaron la dirección del colegio que llevaba el nombre
de su creador, “Colegio Joliette”. Abrieron un noviciado en julio del mismo
año. En agosto recibieron el refuerzo muy apreciado de los padre Thibaudier y
Lahaye. La fundación estaba en marcha.
El
grupo creció y los sucesivos ingresos de jóvenes religiosos canadienses
permitieron fundar escuelas en Sainte- Elizabeth, en Berthier, aceptar la
dirección del colegio de Chambly, después el colegio de Rigaud, ocuparse de la
parroquia de Saint-André d’Argenteuil. En 1855, un sordomudo de la Lorena, José
María Jung, formado en una institución especializada de Lyón, se hizo clérigo
de San Viator y fue a Montreal a poner en marcha la institución de sordomudos
de esta ciudad. Tuvo un éxito rotundo.
No
todo fue fácil. Como los franceses vivían con canadienses hubo algunas
incomprensiones. Pero esto no afectó ni al grupo ni al futuro. Personalidades
sólidas asentaron la fundación.
La
fundación naciente tuvo la suerte de encontrar un apoyo, que es lo que había
faltado a las de San Luis y Sirdhanah: el apoyo de los eclesiásticos. Incluso
tuvo uno, el Sr. Manseau, cuya autoridad fue alguna vez un poco rígida. Con
algunos prejuicios antifranceses vigiló de cerca a los que llegaban e
influenció para que la fundación se “canadianizase” rápidamente. Los Clérigos
de San Viator se beneficiaron sobre todo de la sabiduría y la autoridad del
Obispo de Montreal, el cual se encontraba demasiado lejos para dirigir una
comunidad en un medio desconocido para él. Y si algo o alguien vacilaba, el
Padre Querbes recordaba a Monseñor Bourget lo que esperaba de él: “Le pido de
rodillas que añada esta gracia a tantas otras, la de una dirección firme,
precisa e inmediata a nuestros Hermanos del Canadá y sobre todo a su superior,
a quien yo acabo de escribir que no haga nada de cierta importancia sin permiso
de Vuecencia”. (17 de febrero de1857)
El Padre Querbes hubiera deseado visitar a los
Hermanos de Canadá. El Cardenal de
Bonald le negó el permiso, por lo menos
dos veces (1825-1855), a pesar de que la segunda petición fuera apoyada por
Monseñor Bourget. El Padre Querbes tuvo que limitarse a escribir dos
circulares. Él que normalmente escribía con un estilo frío, lo hizo con
palabras afectuosas. Lo hizo sin insistir en la razón de que no le habían
permitido el viaje: “Este deseo tan ardiente, dictado por tantos motivos imperiosos, la Providencia no me ha
permitido satisfacerlo y me veo reducido a colmar la distancia que nos separa,
con la expresión de algunos pensamientos que confío a la fidelidad de vuestros
recuerdos y a la asiduidad de vuestras reflexiones” (14 de noviembre de 1855).
Pero las palabras, por justas que sean, jamás pueden sustituir el calor de un
encuentro.
El
contexto en el que se había desarrollado la fundación canadiense, la autonomía
que tomó respecto de Vourles, la influencia de las personalidades que
acompañaron sus proyectos, le dio ciertas características que la distinguieron
de la provincia madre desde los primeros años. Aunque no debemos sobrevalorar
el término “colegio” (el de la Industria tenía 73 alumnos en 1851-1852, y 107
en 1856-1857), no fueron las escuelas de clase única en las “aldeas retiradas”
las que se desarrollaron en Canadá. Nacieron comunidades más fuertes, más
vigorosas que en Francia. Comunidades en las que los sacerdotes encontraron su puesto.
El 2 de noviembre de 1849, Monseñor Bourget anunció al Padre Querbes: “Nuestro
Hermano Champagneur es ahora un buen padre. Le he ordenado a pesar suyo, pero,
finalmente, lo he conseguido”. Más tarde tuvieron lugar otras ordenaciones. En
1859, de los 45 religiosos franceses y canadienses seis eran sacerdotes. En
este tiempo en Francia, para un número cinco veces mayor de religiosos, había
solamente dos sacerdotes.
El
pueblo de La Industria se convirtió en la ciudad de Jolliette y fue el hogar
donde se desarrolló la provincia canadiense de los Clérigos de San Viator.
Diez
años después de haber soñado ir “a catequizar a los árabes”, el Padre Querbes
hizo un viaje a Argel (febrero de 1849). Respondía a las invitaciones del Padre
Brumauld, jesuita, que dirigía el orfanato y de Monseñor Pavy, un condiscípulo
del seminario San Ireneo, que era Obispo de Argelia. Pero el Padre Querbes no
juzgó el terreno suficientemente preparado para establecer en él una comunidad.
Era también consciente de la escasez de recursos y sobre todo el poco personal
apto para tal empresa. No hubo fundación en Argel. Era preferible consolidar lo
que ya existía.
2.3 Preguntas personales:
Relájate
un momento y después responde con sinceridad las siguientes preguntas:
1.- ¿Podrías enunciar algunos de tus planes de
futuro?
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
2.- Si en estos momentos te pidieran ir fuera de
tu patria a predicar el Evangelio, con ¿qué ánimo lo harías?.
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
3.- Si sabes que tiene que salir de tu patria a evangelizar
¿ qué aspectos de tu vida trabajarías más?.
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
5.- ¿ Qué sentimientos te afloran al pensar en tantos
viatores que han dejado sus tierras para ir a otros países ?
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
2.4 Complementación doctrinal.
Clérigos
parroquiales o catequistas de San Viator.
El
P. Querbes, al sentirse disgustado por no tener un hermano marista, sólo, para
Vourles y al haber hecho la experiencia con Pierre Magaud, imaginó lo que los
Catequistas de san Viator podrían aportar a las parroquias privadas de recursos. A estas "aldeas
atrasadas" aisladas y que viven apartadas del progreso naciente, destina
los Catequistas.
Los pobres
"Hace
falta una educación religiosa, escribe el P. Querbes a Mons. Donnet, no
solamente en las ciudades y en los pueblos donde los Hermanos de las Escuelas
Cristianas pueden abrir numerosas escuelas, sino también en las más pequeñas
parroquias donde solamente puede ir el maestro aislado. Es sobre todo esta
laguna la que nuestra institución está llamada a colmar". Los catequistas
están destinados a los pobres y van a buscarlos. No se fundará ninguna escuela
en Lyon. Aunque se abran algunos pequeños centros, se trata de centros
industriales donde la población conoce condiciones de vida mediocres o bien se
trata de una obra en favor de los pobres ( la providencia de Dijón). Mirad en
las últimas páginas de la Selección de
documentos, los mapas (dibujados por Maurice Marcotte) las implantaciones
viatorianas en tiempos del P. Querbes, encontraréis en ellas los nombres de
pueblos o de aldeas desconocidas incluso para los franceses, en estas
"aldeas apartadas". Hoy se diría con cierta malicia, agujeros.
En
1844, los catequistas se habían dispersado por doce departamentos cuando habían
sido aprobados solamente para tres. La administración había amenazado
seriamente con obligarlos a volver a sus límites. Más que buscar bases donde
replegarse en los países europeos, el P. Querbes elige las Indias. Y esta
elección es muy significativa
Las Letras Apostólicas confirman esta voluntad de ir hacia los
pobres.
La
Palabra del Señor: "pobres, tendréis siempre, entre vosotros" (Jn
12,8) ¿ ha dejado de verificarse?. No lo reo. La pobreza más inmediata, la más
llamativa, es la pobreza material. Pero no debemos olvidar que existen la
pobrezas de las limitaciones físicas, sicológicas, afectivas, y que existen
también las vidas privadas de sentido. Una gran percepción de la pobreza
humana, una preocupación más fuerte por los pequeños va la par con la búsqueda y la experiencia del Dios vivo. El ejemplo viene del Señor que ha elegido a los
pobres, los pecadores, los excluidos de su tiempo para revelarles la ternura
del Padre:" La frontera, la periferia - en los campos económico, social y moral, religioso, etc.-
es el lugar prioritario del anuncio de la buena Noticia del Reino". Quizá
no tenemos que ir muy lejos para encontrar a los pobres, ni debemos vivir
situaciones excepcionales : los pobres existen también en nuestros grandes
colegios y en nuestras hermosas parroquias..."
H. Roberto Bonnafous, "El carisma de Luis Querbes".
3. TRABAJO GRUPAL
- Oración
de comienzo
- Dinámica
si procede.
- Puesta
en común de las respuestas al trabajo personal.
- Oración
final. (dar gracias, pedir perdón, pedir ayuda.)
4. EVALUACIÓN.
1. ¿ Quién es Paulina Jaricot ?
...................................................................................................................................
...................................................................................................................................
2. ¿ Qué obispo acogió a los C.S.V. en Estados
Unidos ?
...................................................................................................................................
3. ¿ Qué aconteció con la misión de la India ?
.....................................................................................................................................
...................................................................................................................................
....................................................................................................................................
4. ¿ Qué obispo acogió a los primeros C.S.V en Canadá ? ¿ qué fundaron?
.....................................................................................................................................
...................................................................................................................................
5. ¿ Por qué no se realizó la fundación de Argel
?
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................