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" ASUMIR HASTA EL FINAL "
1. OBJETIVOS :
- Conocer
el desarrollo de la Congregación.
- Valorar
las relaciones de calidad del P. Querbes con sus Hermanos.
- Valorar
la unidad de la Congregación.
- Valorar
la capacidad de misericordia del P. Querbes.
- Conocer
las últimas penas y alegrías del P. Querbes.
2. TRABAJO PERSONAL
2.1 Oración:
- Lee el siguiente texto :
"
Sean caritativos unos con otros. Que no haya entre ustedes ni griegos ni judío,
ni bárbaros, y que las diferencias de nacionalidad, de costumbres, de usos,
estilos, se borren ante la importante uniformidad de la santa observancia
religiosa".
P. Querbes 1885.
OREMOS:
Glorioso
San Viator, que dejaste todas las cosas por seguir a Jesucristo, alcánzanos la
gracia de morir al mundo y a nosotros mismos, y de practicar la obediencia y la
pureza, virtudes tan amadas del Corazón de Jesús, a fin de que después de
ejercitarnos en ellas durante nuestra juventud, sigamos con docilidad nuestra
vocación, y permanezcamos fieles a Dios hasta la muerte, para merecer la dicha
de reinar un día contigo en el cielo. Amén.
2.2
Lee el siguiente documento.
Subraya
las palabras del P. Querbes. Y lo que más te llame la atención.
1854. LOS HERMANOS DE SAN VIATOR EN
NANT (AVEYRON)
El
29 de junio de 1854, Mons. Croizier, Obispo de Rodez y el Padre Querbes
firmaban un documento por el que una congregación diocesana, los Hermanos
Maestros de San Juan, se afiliaba a los Clérigos de San Viator. El Obispo debía
sentirse un poco triste, pero el Padre Querbes estaba feliz.
En
1850, los Clérigos de San Viator dirigían siete escuelas en la diócesis y el
Padre Querbes esperaba poder implantar un noviciado en la región de Rouergue.
Ahora
bien, el 4 de junio de 1850 el Obispo de Rodez le informaba que tenía la
intención de crear una congregación diocesana calcada sobre la de San Viator.
Los religiosos llevarían el nombre de “Hermanos Maestros de San Juan”. Serían
también llamados así para conservar el recuerdo de Monseñor Juan Croizier.
Además, para formar y dirigir a la nueva comunidad, el Obispo pedía al Superior
que le cediera al H. Gonnet. ¡Y el Padre Querbes que contaba precisamente con
él para desarrollar los Clérigos de San Viator en la diócesis!.
El
Padre Querbes le responde el 24 de julio. Comienza por formular algunas
preguntas: ¿por qué no volver a tomar una antigua propuesta de Monseñor
Croizier (establecer un noviciado en Nant) ¿Han desmerecido los Hermanos de San
Viator? ¿Una congregación diocesana es más flexible y más segura que una
congregación aprobada por la Santa Sede? Y le propone: “Que la casa de Nant sea
erigida en noviciado, que un eclesiástico de su confianza tenga la dirección
espiritual y temporal y, si quisiera agregarse a nuestra Congregación, que
tendría también la dirección religiosa y la de todas nuestras casas de Aveyron,
que nuestros Hermanos de Nant den allí lecciones y que se habitúe a los
novicios y a nuestros usos y costumbres. Poco importa que esos novicios estén destinados
a formar parte de una congregación particular o agregarse a la nuestra. Que si
a V.E. le gusta la idea, nosotros podemos permanecer en el Aveyron hasta que la Congregación proyectada pueda tomar la
dirección de nuestros establecimientos y entonces nos retiraremos contentos de
que Dios sea glorificado sin importarnos por quién.”
La
propuesta no era equivoca y las líneas finales no eran sólo una fórmula. El
Padre Querbes sabía que los escritos permanecen y que esta carta le
comprometía.
Monseñor
no aceptó este ofrecimiento. Más tarde el
asunto se arregló y el 29 de junio se firmó el contrato. Los Hermanos de San
Juan, si lo deseaban, se convertían en Catequistas parroquiales, pero como
concesión a la coquetería episcopal, podían conservar el nombre de San Juan. El
Obispo cedía la casa de Nant. El Padre Querbes, por su parte, se comprometía a
mantener a los Hermanos en la diócesis.
Quince
Hermanos de San Juan se convirtieron en Clérigos de San Viator. Algunos de
ellos marcarán con su fuerte personalidad la Congregación en la que entraban:
Juan Bautista Alvernhe, José Beliéres, Bertrand Dardé, Guillermo Gaillac,
Celestino Souques. El H, Gonnet fue nombrado su superior.
Poco
tiempo más tarde el noviciado abandonaba Nant, de difícil acceso, para trasladarse
a Espalion al norte de Rodez. En 1858, gracias al apoyo del Señor Sabathier,
vicario general de Rodez, la Congregación pudo adquirir cinco hectáreas en la
meseta de Camonil, a la entrada de Rodez. Allí fueron instalados la dirección,
el noviciado y las primeras construcciones de un internado que se desarrollaría
durante los años siguientes, San Luis de Camonil. La obediencia de Rodez
comenzaba bien.
1855. EL COMENTARIO DE LOS ESTATUTOS.
La redacción del Directorio databa de 1833, una época en la que la Sociedad constaba
solo de seglares. El libro quería ser una guía para los cristianos
comprometidos en la catequesis y en el servicio parroquial. Luego, la Sociedad
había perdido los seglares y se había convertido en congregación, pero el texto
no contenía nada concerniente a los compromisos propios de un religioso. Por
consiguiente había que completarlo. El desarrollo de la Congregación añadía
incluso cierto grado de urgencia: mientras no hubo más que un noviciado, el
maestro de novicios y el superior que estaba, cerca daba una formación, un
espíritu propio que aseguraba la cohesión del grupo. Pero con la apertura de
los noviciados de Ternes, de l’Indstrie, de Nant, sin contar los que hubiera
podido existir en San Luis o Sirdhanah ¿ cómo transmitir lo que era específico
de la Congregación? Los estatutos existían, pero el texto esencialmente
jurídico no dejaba mucho espacio al espíritu. Se presionó al Fundador para que
revisase el Directorio o para que
redactara otro texto.
Redactó
tres borradores. En la redacción final, el Padre Querbes tuvo en cuenta algunas
observaciones. En cuanto al prefacio definitivo, tres cuartas partes son de
Monseñor Bourget: la cuarta versión del comentario, escrita con una escritura fina y muy cuidada, ocupa cincuenta y un páginas
de cuaderno, titulado: “Manual necesario
del Clérigo de San Viator”.
“Importa
que a todo trance justifiquemos el nombre con que la Iglesia distingue a
nuestro Instituto. Los males que la devastan provienen sobre todo de la
ignorancia de las tres primera verdades de la religión en que languidecen los
niños. Estudiar y enseñar la Doctrina Cristiana: esa es nuestra vida. Cualquier
negligencia en este punto sería deplorable, podría llevar consigo las más
graves consecuencias, e infundir, en el ánimo y en el corazón de los niños,
prejuicios y falsas ideas que sólo se acaban con la vida, por lo que se han de
evitar con el mayor cuidado. Si en
alguna otra congregación pudiera llegar a pensarse que el oficio de
catequista es cosa exclusiva de los que tienen cura de almas, no se puede
concebir tal aberración en un miembro de nuestros Instituto”. El Padre Querbes
no siguió los consejos de Monseñor Bourget que le proponía suprimir o atenuar
la última frase.
A
lo largo de estas páginas, cuando habla de los religiosos, el Padre Querbes
emplea raramente la palabra “clérigos”, “religiosos”, “hermanos”, emplea más
habitualmente “Hermanos de San Viator”, “Clérigos de San Viator”, “Hermanos
Catequistas”, “Catequistas de San Viator”, o sencillamente el término que
encontramos más a menudo, “Catequistas”. Cuando habla de los sacerdotes de la
Congregación, les llama “Sacerdotes-Catequistas”, ¿Es una casualidad?.
Si
el primer fin del Instituto no debe perderse de vista, no conviene sin embargo
descuidar el aspecto profesional. Ya que se debe enseñar, hay que ser
competente: “Aunque sea la doctrina cristiana el fin principal de la
instrucción que se da en nuestras escuelas y la que debe predominar y
difundirse por todos los ramos de la enseñanza, sin embargo, no se han de
descuidar éstos últimos, a pesar del lugar secundario que en ella ocupan. Sea
cual fuere la materia de los estudios, importa sobremanera que las lecciones
sean sólidas y vayan bien explicadas; que no se limite el maestro a cargar la
memoria de los niños de nociones superficiales que se olvidan tan pronto como
se aprenden, sino que nutra su inteligencia con principios cuya aplicación
práctica active y robustezca más tarde el recuerdo de los mismos...
El
comentario de los artículos referentes a los votos aborda sobre todo el aspecto
jurídico de la profesión religiosa.
El comentario de los
estatutos no fue publicado mientras vivió el Fundador, sino en 1861, cuando se
editó según el plan sugerido por Mons. Bourget el Manual necesario de los Clérigos de San Viator.
ÚLTIMAS PENAS, ÚLTIMAS ALEGRÍAS
Desde
1833, de las tres Señoras Comte que habían sostenido financieramente las
realizaciones del párroco de Vourles, no quedaba más que la menor, Atoinette
–Fleurie. Su generosidad, el interés que mostraba hacia los Clérigos de San
Viator la habían hecho entrar de alguna manera en la familia. Al final de
muchas cartas dirigidas al Padre Querbes, los Hermanos piden que la salude de
su parte. Murió en julio de 1853 y legó 25.000 francos al Padre Querbes.
Pidiendo en préstamo otra suma semejante, pudo comprar, en agosto de 1854, la
pequeña propiedad que las Señoras poseían en Vourles y que se componía de una
casa habitación, dependencias y cuatro hectáreas de tierra..
El
día en que se firmaba en Lyón el contrato para la compra de la pequeña
propiedad, moría en Vourles el Padre Faure. El “querido compañero” de los
comienzos, con el que contaba el Fundador. El Hermano Liauthaud sufrió un
ataque de asma y una congestión pulmonar. Murió el 26 de noviembre de 1857. El
Padre Querbes fue informado de su enfermedad. El H. Carlos Saulin cuenta cómo
el superior se enteró de su muerte: “Un día, cuando llegó el correo, yo estaba
en la habitación del Padre Querbes. Había muchas cartas. Después de leer
algunas líneas de cada una, miraba la firma y pasaba a otra. De repente, cogió
una. Apenas la abrió gritó:
-¡Dios
mío! ¡Qué desgracia!
-¿Qué?
le dije.
-¡Ay!
Acabo de perder mi brazo derecho. El pobre Padre Liauthad ha muerto.
Y
se pudo a llorar”.
Al
final del año escolar 1858-1859 la Congregación contaba con 250 religiosos, 45
de los cuales en Canadá. Dirigía en Francia 106 escuelas en 21 departamentos, 4
sacristías y una providencia; en Canadá, 2 colegios, una institución para
sordomudos, 7 escuelas y 2 parroquias.
El
Padre Querbes seguía siendo párroco de Vourles. Sin embargo, a partir de 1840,
el Padre Hugo Favre le secundaba como coadjutor. Uno de sus primeros actos como
párroco había sido fundar la congregación del Rosario (diciembre de 1822). Uno
de sus últimos actos fue crear, el 2 de febrero de 1859, la “pequeña asociación
de los Santos Ángeles” para poner a los niños “bajo la perseverancia en el bien
y de prepararlos a entrar en la congregación de hijos
de María”. Desde hace más de cien años, la asociación y su revista “L’Ange
Gardien” siguen su trayectoria.
1 DE SEPTIEMBRE DE 1859. LA MUERTE
“La
vida de nuestro Fundador fue una continua lucha”, resume Juan Bautista Clavel.
Si el Fundador ha entablado y ganado tantos combates, no pudo vencer a un enemigo
oculto que iba a llevárselo: la diabetes. Hacia 1852 o en 1853 había ya notado
los primeros síntomas de la enfermedad. Tuvo una señal de alerta seria a
comienzos del año 1858 y en enero de 1859 una crisis aguda seguida de una
tregua. Pero durante el mes de abril la enfermedad volvió con más fuerza y se
le creyó perdido. El Padre Favre había incluso convocado a los religiosos para
el último adiós. El Padre Querbes dictó su testamento en el que instituía al
Padre Favre o en su defecto al H. Blein como legatario universal.
Sin
embargo una mejoría inesperada trajo de nuevo la esperanza. El 17 de mayo el
Padre Querbes escribe al H. Gonnet: “Solamente ayer comencé a escribir, yo
estaba resignado a la voluntad divina y lo estoy todavía para consagrar lo que
me quede de fuerzas y de vida por el bien de nuestro Instituto. Pero ya basta
de hablar de mí mismo”.
Recuperó
parte de su actividad, pero durante el verano la enfermedad se agravó y el 25
de agosto los religiosos de Vourles y de las comunidades vecinas que se habían
reunido según su costumbre para la fiesta de San Luis, lo hacen alrededor de un
superior gravemente enfermo. El enfermo baja de su habitación a la terraza
donde bajo los castaños de indias se había colocado la mesa. “Con el rostro
sonriente, pero profundamente alterado por el sufrimiento, se esforzó por
alegrar esta reunión con palabras amables” (José Paillés). Pero todos eran muy
conscientes de que se trataba del último encuentro.
El
29 de agosto el Padre Querbes recibió los últimos sacramentos de manos del
Padre Hugo Favre. Al final de la ceremonia dirigió sus últimas recomendaciones,
que su secretario, Francisco Favre, hermano de Hugo, escribió: ¡Ánimo, Hijos
míos! Ahora me corresponde a mí hablaros, pero no tengo fuerzas. Habéis visto
la unión que ha existido siempre entre el Sr. Favre y yo. Obedecedle de la
misma manera que me habéis obedecido a mí. Desterrad de vosotros todo espíritu
partidista y de sistema. Sed obedientes. Comunicad mis recomendaciones a los
ausentes. Os doy mi bendición, así como a todos los demás.”
La
muerte sobrevino el jueves 1 de septiembre a las nueve y cuarto de la noche.
Los
funerales se celebraron el 5 de septiembre. Según la costumbre en los entierros
de los sacerdotes, presidió el párroco decano de Saint-Genis. El sacerdote
Pater pronunció el elogio fúnebre de quien había sido su amigo.
Los
restos mortales reposan todavía en el cementerio de Vourles al pie de una gran
cruz. En una sencilla lápida de piedra hay grabada esta inscripción:
Bajo esta piedra,
Descansa, esperando la bienaventurada
resurrección,
el cuerpo de
Juan Luis José María QUERBES, sacerdote
de un celo,
de un desinterés, de una caridad
admirables,
que durante treinta y siete años fue
párroco de Vourles,
y fundó el Instituto de los Clérigos de
San Viator.
Murió el 1 de septiembre de 1859, a la
edad de sesenta y seis años.
2.3 Preguntas personales :
Con mucha tranquilidad responde a las siguientes
preguntas:
1.- ¿ Haces evaluación de tu vida o examen de
conciencia en forma periódica? ¿cómo lo realizas?
....................................................................................................................................
......................................................................................................................................
......................................................................................................................................
2.- Si el Señor te viniera a pedir cuentas de tu
vida ¿ Qué le dirías ?
.....................................................................................................................................
...................................................................................................................................
3.- ¿Vives en actitud de espera, de vigilia ?
Explica.
.....................................................................................................................................
..................................................................................................................................
......................................................................................................................................
4.- ¿ Qué virtudes te ayudan a crecer y vivir en
comunidad?
....................................................................................................................................
5.- ¿ Te consideras obediente? ¿ A quién
obedeces?
...................................................................................................................................
....................................................................................................................................
2.4 Complementación doctrinal :
La colaboración en la pastoral
En
Vourles, el P. Querbes tuvo la suerte de ver llegar a Pierre Magaud y lo
transformó, como él mismo nos cuenta, en su " cantor, sacristán,
catequista, comensal y compañero". Como hombre práctico, pensó beneficiar a
sus hermanos, aislados en las parroquias tan desprovistas como la suya, de
personas que estarían cerca de ellos y participarían activamente en el servicio
parroquial. Es lo que expuso al Papa, el 20 de junio de 1838: "Los
asociados con Clérigos parroquiales,
es decir según la intención del santo Concilio de Trento, ses 23, cap.17, que
se encargan del canto en la iglesia, de las ceremonias sagradas y del servicio
de los santos altares, demasiado descuidados por nosotros y con frecuencia
abandonados a servidores mercenarios. por otra parte, serían a menudo
compañeros(...) no inútiles para muchos párrocos.
El
P. Querbes quiere, por consiguiente, proporcionar a los sacerdotes unas
personas que colaboren en la transmisión de la Palabra, en la celebración de la
liturgia, en el cuidado material de la iglesia; y todo con espíritu de servicio
y de iniciativa, es decir un verdadero sentido eclesial. Como su patrono,
Viator, lector ante el Pueblo de Dios e indefectible colaborador de su obispo.
El P. Querbes no intentó dotar a su institución de una acción propia, hacer un
cuerpo exento. Al contrario, llegó incluso a imaginar a estos colaboradores de
los sacerdotes " bajo la dirección inmediata (del obispo) y enviados a los párrocos un poco como los
coadjutores". Por eso estarán interesados en lo que se ha llamado después
en Francia, una "pastoral de conjunto".
¿Por qué no dar un
reconocimiento oficial a este ministerio de maestro- cristiano. colaborador del
sacerdote, confiriendo a quien lo ejerce una orden menor, como parece
permitirlo una disposición del Concilio de Trento? Para designar a los que
ejercen esta función, el P. Querbes inventa otro nombre, sinónimo de
Catequistas: serán "Clérigos
parroquiales". Se trata de clérigos parroquiales, escribe a su obispo
el 21 de octubre de 1831, encargados del cuidado de la escuela (de la escuela donde se da la catequesis) y
de la sacristía (el cuidado de los
altares y la liturgia) y enviados por el obispo a las parroquias como
coadjutores. Las dos funciones específicas ( la enseñanza de la doctrina
cristiana y el servicio del santo altar) encuentran su síntesis en la función
de clérigo parroquial. No se trata de clérigo
simplemente sino de clérigo parroquial.
En su carta al obispo, el 21 de octubre de 1831, el P. Querbes dice, hablando
de Vourles:" Después de todo, no se trata más que de otro seminario menor, vivero no
de párrocos y de coadjutores (clérigos de
la clericatura) sino de clérigos parroquiales. El nombre compuesto habla
bastante por sí mismo si lo tomamos entero, sin mutilarlo de un calificativo
que le da pleno sentido.
El
marco parroquial puede evolucionar. Pero ¿ perderá su urgencia la colaboración
pastoral, bien sea al servicio de una parroquia o de una realidad más amplia,
en todo caso al servicio del Pueblo de Dios? Transmitir la Palabra, celebrar la
liturgia, permitir al Pueblo de Dios que viva el Evangelio de manera más
radical, introducir personas en las comunidades cristianas significativas que
sean a la vez "luz y sal" (cf Mt 5,13-16), siempre en un servicio de
iniciativa pero también de corresponsabilidad, ¿ no es un desafío que hay que
aceptar ininterrumpidamente? El P. Querbes imaginaba al clérigo parroquial
polivalente, pero es la Sociedad a la que pertenece la que es polivalente. No
se estructura solamente en una tarea exclusiva. Su misión presenta varios
aspectos, lo que permite a sus miembros aceptar compromisos en un abanico
abierto sin limitarlos a una actividad estrecha o exclusiva. Por encima de los
riesgos de dispersión debido a la fantasía personal o al utilitarismo de los
administradores eclesiásticos, ¿ no es una preciosa riqueza para el futuro?.
3. TRABAJO GRUPAL.
- Oración
de comienzo.
- Dinámica
si procede.
- Puesta
en común de lo leído y del trabajo personal.
- Oración
final. (Dar gracias, perdón, pedir ayuda.)
4. EVALUACIÓN.
1.- ¿ Qué congregación se unió a los Clérigos de
San Viator en 1853 ?
...................................................................................................................................
2.- ¿ Qué palabra emplea más habitualmente el
P. Querbes para referirse a los HH?
......................................................................................................................................
3.- ¿ Quiénes fueron las hermanas Comte? ¿ Quién
fue la última que murió?
....................................................................................................................................
.....................................................................................................................................
4.- ¿ Con cuántos religiosos contaba la
Congregación en 1852?
.....................................................................................................................................
5.- ¿ Cuáles fueron las últimas palabras del P.
Querbes ?
......................................................................................................................................